Soy tu padre.
Qué distante me habrás visto en ocasiones, dirÃas, hasta ausente y frÃo; cuántas veces, sólo me contemplabas como una figura en un escenario familiar desangelado, como si fuera un objeto que decora una estancia, o una sombra que se perdÃa en lo más luminoso de tu tierna vida.
Cuántas cosas me he de haber perdido en los momentos maravillosos en que querÃas sentirme cerca, y yo no tenÃa otro pretexto, más que decirte que estaba trabajando, para que tuvieras una infancia feliz, al tener satisfechas tus necesidades más sentidas.
Cómo me hubiera gustado decirte, que en esos momentos considerados perdidos, cuando mi mente se ocupaba por atender los problemas de otros para allegarles un poco de alivio, mi corazón, que seguÃa palpitando en casa, se habÃa quedado tan cerca de ti para verte feliz.
Cómo me hubiera gustado, que en esos espacios de soledad compartida, me hubieras visto sonreÃrle a la nada con una mirada perdida, al estar pensando ilusionado, cómo tú le sonreÃas a la vida, que yo estaba anhelando tanto para ti.
Y cuando llegaba cansado a nuestro hogar, por las noches, como asà pasó tantas veces, cómo me hubiera gustado que me estuvieras esperando para sentarnos juntos a la mesa y poder escucharte decir, cómo te estaba yendo en tu escuela, saber de tus juegos y de tus amigos, pero sobre todo, oÃrte decir que me habÃas extrañado.
No sé si mis involuntarias ausencias, por causa del trabajo, fueron en realidad un pecado, si asà lo fue, créeme, que lo he estado pagando tan caro, porque en ocasiones, me parecÃa que sólo tu madre existÃa en tu vida.
Hoy estoy aquÃ, y ahora nos separan otras causas y otras cosas, pero quiero que sepas, que nunca he dejado de ser el padre que querÃas, porque nunca he dejado de amarte, aunque sin querer, te robara tantas cosas que deseaste en el pasado.
Soy tu padre y estoy aquÃ, yo sé que voy de paso, pero, espero que tú también hagas un alto para entender, que no fui yo el culpable, de que en tu corazón albergaras esa sensación de fracaso, y que hoy te ha permitido disculpar toda esa frialdad, para que regreses a mÃ, para y que en un filial abrazo, nos encontremos nuevamente, para construir la felicidad, que por no llevar el mismo paso, se extravió en el camino, cuando el destino me hizo buscar una mejor vida para ti.
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com