Diálogo divino
Señor, ¿por qué no me enseñaste a amar de otra manera?
En verdad, en verdad te digo, que hay una sola manera de amar, ¿acaso no has entendido mi Evangelio?
Padre, todas tus benditas palabras llegan directamente a mi corazón, y es éste el que tal vez no ha entendido; si tus palabras me llegarán al oído, tus mensajes llegarían a mi cerebro, y entonces, tal vez podría comprender por qué me siento diferente a los demás.
Tú no eres diferente a los demás, todos han sido creados a mi imagen y semejanza, a todos les hablo al corazón y no a los oídos, pero muchos prefieren que mis palabras les lleguen a los oídos, esto, para poder utilizar el libre albedrío; la sencillez con la que les hablo, no requiere un proceso tan complejo para entenderse, sólo requieren de tener un buen corazón que escuche.
Entonces, ¿por qué me siento diferente?
Porque piensas que tratando de sentir lo que otros sienten, buscas con ello la manera de evitar que no te duela el cómo responden a tu amor todos aquellos a los que amas; el corazón no busca excusas para amar poco o mucho, ama por igual a todos y no hace juicio alguno de aquellos que en apariencia aman poco o aman mucho; el corazón recibe con agrado y se engrandece por igual cuando se le da, que cuando se le quita; en cambio, el que utiliza el cerebro, desarrolla un proceso para clasificar el amor, para él hay amor bueno y malo, grande y pequeño, puro y sucio, o de plano, hay amor o no lo hay, de acuerdo a las necesidades o exigencias del ser que dejó de escuchar con el corazón, para privilegiar el escuchar con el cerebro.
Maestro, entonces ¿no deberíamos tener cerebro, deberíamos ser puro corazón?
Todo tiene un por qué y un para qué, el cerebro está ahí, donde debe de estar, para que el hombre pueda dase cuenta de lo que está bien y lo que está mal, dándole la oportunidad de enmendar sus errores, oportunidad de arrepentirse y de buscar nuevas oportunidades para corregir el rumbo de sus acciones y mejorar sus decisiones. El camino para encontrar la felicidad es el amor, porque sólo amando, se puede aspirar a tener una nueva vida, el que ama logrará todos sus propósitos y tendrá una vida plena y la esperanza de trascender en la eternidad.
Señor mío y Dios mío, mi corazón se llena de gozo al escuchar tu Palabra. Bendito seas hoy y siempre, gracias por hablarle a mi corazón.
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