Pero que terco es usted, hablar de amor cuando todos quieren que se hable del COVID-19, esto le podría acarrear serios problemas en una sociedad altamente informada, a ver dígame ¿qué gana con hablar de amor? ¿Quién en este tiempo cree que una pandemia se pudiera solucionar amando al prójimo?

No, no, mi estimado amigo Salomón, está usted fuera de tiempo, tal vez se quedó estacionado en una época, donde todavía se hablaba de la esperanza, de la humildad, de la bondad; lo he dejado sin habla, ya ve, mis argumentos son irrefutables, el amor no existe; y todavía se queda usted mirando al cielo ¿Acaso está pidiéndole a Dios que lo ilumine? ¿Que envíe en su ayuda al Espíritu Santo?

De todas maneras, si le sirve de consuelo, le diré que admiro su tenacidad, pero ¿acaso piensa que alguno de los que por causalidad leemos sus artículos, nos veremos influenciados por unas cuantas palabras que invitan a creer en el amor? Y fíjese que hablo de creer en el amor y no en creer en Dios; muchos de nosotros creemos en el Todopoderoso, no renegamos de él, sólo que el amor es más bien cosa de los humanos y lo que nos ha enseñado la vida, es que el amor te vuelve demasiado vulnerable, y en una sociedad como la nuestra, los débiles siempre saldarán perdiendo, porque nadie le va a los perdedores.

Ahora dígame, ¿es usted un perdedor? Yo no lo veo así, pero usted se empeña en buscar fórmulas demasiado sencillas para ayudar a solucionar enormes problemas, o ¿acaso con amor le dará de comer a un pobre, sanará al enfermo, hará justicia, terminará con la corrupción? A ver dígame ¿cuantos amigos tiene?, ya no digamos seguidores, ¿quiénes de su familia cree en usted? ¿Dónde han estado sus hermanos o sus amigos cuando los ha necesitado? Es usted como cualquiera de nosotros, tiene defectos y virtudes, no pretenda pasarse de listo, no ofenda nuestra inteligencia. Ahora que conoce la verdad ¿seguirá usted creyendo en el amor?

-Sí, porque Dios es amor, porque él me obsequió la vida y me bendijo con un padre y una madre terrenal, unos excelentes hermanos y los mejores amigos, me dio la oportunidad de conocer a mis abuelos, de tener una compañera de vida, de ser padre, de tener unos maravillosos hijos, y a través de ellos, conocí a mis nietos; todo se ha cumplido como el Señor lo ha dispuesto; sí… sí creo en el amor, como creo en el Hijo del hombre, así como creo que algún día usted descubrirá y amará a Aquél que es el camino, la verdad y la vida.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com