MERECER LA GLORIA

Por los que te preocupan y ocupan, y tienen en su haber íntegra su conciencia, pídeles entren razón y no pierdan la paciencia, cuando de sanarse a sí mismos requiere poner atención, porque no hay otra manera de encontrar una buena solución para todo aquello que mortifica el cuerpo, la mente y el espíritu.

Que por ti no se preocupen, está consciente de tus males y después de mucha reflexión, siempre llegarás a la misma conclusión, que padeces de tristeza y desesperación, por no encontrar una receta que pueda llevar la alegría a todo corazón que sufre por causa de su torpeza.

Dejar a Dios, dicen, todas aquellas congojas que parecen no tener una clara explicación, mas, después de estar reza y reza, tan misericordioso Señor, contestó: Dejar a cada quien que entre en uso de su inteligencia, pues su mal está en su interior, porque por más que las personas de buena voluntad se empeñan y se estresan en aliviar males de etiología tan particular, se toparán con pared, porque el que no quiere sanar, seguirá penando por causa de su necedad y su entereza.

Abonar a tu favor, será el premio a tu preocupación y a tu sincero afán de misericordia, el tiempo fortalecerá la benevolencia de tu historia, para merecer con ello, en la eternidad, la gloria.

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