Un octavo de amor

¿Qué un octavo de tu gran amor a mí me toca?

que es mucho para mí, dirán, pero no es nada.

¿Acaso porque creen que mi vida va de retirada?

¿Será porque me ven viejo y duro como roca?

Que escuchen tus oídos las palabras de mi boca

lo que siente mi corazón por tu belleza tan amada

que tu alma pura se sienta por mí tan abrazada,

y cristalice la eternidad, que mi descendencia evoca.

Porque la ansiada llegada de tu angelical forma,

provoca el amor, la armonía y la esperanza de la

paz tan anhelada, para que reine Cristo con su

bendición bienaventurada, para mantener la

unidad sacramental que su amor invoca.

¿Qué un octavo de tu gran amor a mí me toca?

¡Oh mi Dios! Bendecido por octava vez, que alegría tan sobrada.

Bendice a Diego Salomón y a toda mi

familia tan amada, el que mucha ama, más

quiere, por la locura que el amor derrocha.

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