DESDE MI FE
En mis sueños de niño, anhelos de un tiempo pasado,
me veo a tu lado, corriendo juntos y hartos felices,
por el jardín de luz añorado, de flores de tantos olores,
de bellos colores y de brillantes matices,
sintiéndonos afortunados por haber heredado,
lo que tanto habíamos soñado, al sentirnos muy agraciados
por el amor y el consuelo, de nuestro Jesús tan amado,
para olvidar los días oscuros y grises, que por nuestra vida han pasado.
Y hoy busco con ello, la semilla sembrar, en el corazón del hermano
que aún vaga perdido en el dolor y tristeza,
sintiéndose ciego, olvidado, diciéndose sordo al llamado,
resignado y sin esperanza, viviendo entre la maleza
para ser confundido con la cizaña, de la pena que tanto le daña
y le hace perder la humildad, al despreciar el don recibido.
Sea hoy mi sueño glorioso, y vivamos todos el gozo,
de ser bendecidos y amados por Dios.
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