Para mí, la mirada de una mujer dice más que mil palabras; hay miradas discretas que quieren decirte lo que con la voz no se puede admitir; hay miradas directas, que tienen tal fuerza, que te atraen, para entregar en forma abierta lo que se desea compartir; hay miradas que son una promesa, que te regresan a una realidad, después de que pasa la tormenta, que habiéndose desatado, por lastimar el orgullo, no pudo cambiar el destino de saberse  poseedor de un amor tan grande, porque con aquella mirada tan especial me dijiste, que yo era  y sería siempre tuyo.

UNA MIRADA TAN ESPECIAL

Veo en tus ojos hermosos un conocido brillo tan especial,

que cuando me observas callada no puedo ni respirar.

Son como el agua y el aire, son para mí algo esencial,

dan luz a mi vida y al mundo lo hacen gustoso girar.

Maravillosos luceros que adornan tu rostro angelical,

despierto parece que sueño y los sueño de tanto admirar.

Claro es su bello tono y el rayo se filtra como en un cristal,

curioso me asomo y a tu alma preciosa deseo encontrar.

Sedoso es el pelo que adorna tu cuello tan personal,

carnosos tus labios, que ardiente y ansioso deseo besar.

Tu cuerpo armonioso espera el encuentro confidencial,

regalo glorioso, con celo furioso deseo por siempre yo amar.

La cálida noche cobija amorosa encuentro tan pasional,

se funde el anhelo, el abrazo, el dulce suspiro y luego callar,

regresa la calma después de la furia de aquel vendaval

y veo en tus ojos hermosos, un conocido brillo tan especial.

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