José Antonio Meade Kuribreña visitará Ciudad Victoria el martes 23 de enero, para reunirse con militantes y simpatizantes de los tres partidos que apoyan su pre-candidatura a la Presidencia de la República.

Esta información la conseguimos en fuentes ajenas a Sergio Guajardo Maldonado, que tuvieron acceso a ella primero que el presidente estatal del PRI, que gusta más de viajar a la Ciudad de México, que permanecer en Tamaulipas.

El programa tentativo de actividades del dos veces Secretario de Hacienda y Crédito Público, son un encuentro con periodistas, un almuerzo-comida con empresarios y una concentración popular, en el gimnasio de la Universidad La Salle o el Polyforum “Rodolfo Torre Cantú”.

Meade no está en el mejor momento de su campaña e inclusive hacen bromas con la posibilidad de que sea reemplazado debido a que no consigue entusiasmar a los electores, sino todo lo contrario.

Su visita a Tamaulipas servirá para resolver algunos enigmas, especialmente en materia de candidatos, pues la lista de prospectos que circula por allí disgusta francamente a muchos y no hablamos sólo de Paloma Guillén Vicente.

También será ocasión propicia para comprobar si es mito o realidad, que Enrique Ochoa Reza no quiere saber nada de Tamaulipas, por un viejo y desconocido agravio que algún paisano le hizo o por haber vivido aquí una aventura ingrata.

Le preguntaremos si es verdad lo que nos dijo un distinguido dirigente tricolor, de que no habrá nuevo delegado general del PRI en Tamaulipas, no por razones ideológicas, políticas o estratégicas, sino simplemente porque no tienen dinero para pagarle su estancia aquí.

Anteriormente, los delegados llegaban con un sueldo simbólico que les pagaban en la Ciudad de México, pero su ingreso económico importante corría a cargo del Gobernador de turno, presidentes municipales y candidatos.

Se llevaban de regreso a la Ciudad de México, carretadas de billetes de banco y dejaban muchos hogares felices, como la Lotería Nacional, con el reparto, subasta o remate de candidaturas.

Pero eso se acabó desde que Tomás Yarrington Ruvalcaba hizo el experimento de poner el poder en manos de los empresarios, lo que hizo degradar algunos principios básicos e históricos del ejercicio de la política.

Egidio Torre Cantú terminó de desmantelar la vieja práctica de la política, abolló la ortodoxia, jubiló los protocolos y abolió viejos usos y costumbres y enterró de plano la escuela clásica tricolor. Todo por la maldita ambición del dinero.

La corrupción siempre ha existido en el sistema político mexicano, pero había medida, orden, decoro, formas, respeto. Egidio sepultó todo eso con el estiércol que caracterizó su gestión, su desenvolvimiento, su nueva forma de ser.

Por eso ahora hasta individuos de la estatura de Enrique Ochoa Reza miran con menosprecio a la clase política tamaulipeca, sin que nadie se atreva a ponerlo públicamente en su lugar. Bueno, lo hizo en su tiempo el médico Felipe Garza Narváez.

No se sabe si el llamado jocosamente Clavillazo vendrá acompañando el martes a Meade, inclusive puede estar ausente hasta el coordinador de la campaña, el señor Nuño al que algunos creen que es divertido llamarlo Ñoño.

Será una visita política emotiva, patética, dramática y hasta histérica, pues mostrará los estragos que han causado aquí los vientos del cambio, con un ex Gobernador preso, ex presidentes del PRI escondidos, posiciones diezmadas y una estrujante ausencia de líderes que no se atreven a estar en ninguna trinchera.

La raquítica bancada parlamentaria del PRI no sólo da lástima por pusilánime, sino que produce rabia porque se ostenta como representante de las mejores causas del pueblo, pero se vende sin pudor a cambio de un plato de lentejas.

Pero andarán el martes afanándose por dejarse ver por Meade y tomarse fotos con él, los Etienne, los Luebbert, las Palomas, los Almaraz, los Chuchines, los Morris, enfebrecidos por engarzar otras candidaturas.

Está muy lejos Meade de ser un peligro real para sus competidores, porque no tiene con qué ganar la elección, pero los vientos del cambio le recetarán el martes en Ciudad Victoria, el mismo tratamiento dado a Andrés Manuel López Obrador el sábado anterior, en Tampico.

Quisieron boicotear el mitin del presidente de MORENA, con una brigada de choque de enmascarados que retaban a todo el mundo, buscando camorra. Es el mismo modus operandi usado en aquella famosa toma del edificio del PAN victorense, cuando Javier Garza de Coss era el presidente .

El Chuma debe recordar este episodio pues muchos juran haberlo visto allí, revoltoso, rijoso, aunque oculto detrás de una máscara.

Vayamos mejor a temas amables, como el premio nacional que ganó para Tamaulipas un investigador de la UAT, que lo recibió de manos del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Se trata del doctor Juan Miguel Jiménez Andrade, adscrito a la UAM Reynosa Aztlán, que destacó en los estudios del Laboratorio de Farmocología de la UAT enfocados al dolor óseo por enfermedades como el cáncer, artritis e hipertensión.

El Rector José Suárez Fernández felicitó al joven investigador fronterizo y lo señaló como un orgullo para la UAT y para Tamaulipas, por haber obtenido el premio que pone de relieve su exitosa trayectoria científica.

En otros temas, periodistas disfrutaron ayer en Ciudad Victoria, de un almuerzo con rifa de regalos, ofrecida por el gobierno del Estado. Algunos de ellos opinaron que el mejor convivio de la temporada lo ofreció en Reynosa la doctora Maki Ortiz Domínguez, aunque otros dieron el primer lugar al evento de la Sección 30 del SNTE.

Por cierto, Mario A. Díaz publicó en la columna Palacio, de Matamoros, su extrañeza de que algunos a quienes no identifican, se les ocurrió ligar la muerte de Carlos Domínguez Rodríguez, en Nuevo Laredo, con causas de su trabajo periodístico.

Díaz, que se ostenta como líder de periodistas de prensa escrita y electrónica, insinúa que el asesinato del comunicador pudo haber ocurrido por otros motivos.

Lo cierto es que ningún medio de comunicación de Nuevo Laredo, NINGUNO, publicó una línea del evento de sangre, pero además, la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, ofrece una recompensa de dos millones de pesos para quienes aporten información que conduzca a la aprehensión de los culpables.

Es el clásico cierre de la investigación, si es que existió.

Ayer hubo un balaceado en una plaza distante unas cuadras del palacio municipal victorense y el día previo se descubrió el cadáver de una muchacha envuelto en una colcha, tirado en la calle.

En Reynosa se repitió el reguero de sangre, ahora de tres civiles armados que según la versión oficial, se atrevieron a enfrentarse con fuerzas del orden.

En tanto que el Secretario de Educación, Héctor Escobar Salazar, terminó de plano con las especulaciones, cuando confirmó la renuncia del Sub-secretario Julio Pimienta Prieto, a quien  no perdonó haber enjuiciado severa y públicamente el burocratismo, abulia e irresponsabilidad de la dependencia en el pago de salarios.

 

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