Mi tío Tiótimo me recordó esa frase del filósofo y escritor francés, en la visita que le hiciera ayer para dejarle unas veladoras y unas baterías para su lámpara de mano, ya que se declaró también damnificado por la tromba que sufrió el municipio de Nuevo Laredo.
El comentario salió a colación, por la respuesta que manifesté a la pregunta que me hizo sobre cómo me iba en el trabajo, pues, le dije, que cada vez había más pacientes y que me parecía paradójico el hecho, porque cada vez hay menos insumos para responder a las necesidades de salud de la comunidad.
Curiosamente, al parecer, este fenómeno se está dando, porque se dijo, que existen instrucciones de parte de los directivos de las unidades médicas, de incentivar la consulta de los usuarios a como diera lugar, con la finalidad de que las estadísticas soportaran “el eficiente trabajo” de los mencionados gestores, para poder garantizar su permanencia en las posiciones que se les asignó.
Algunos donde se tiene confirmado el ejercicio de un liderazgo autocrático, evidencian la ausencia de estrategias fundamentales para mantener una productividad que garantice el derecho a la salud.
Me preguntó también el tío: ¿Qué recomendarías para tener una mayor congruencia, cuando también es evidente que la falta de insumos es originada por la falta de capital para resolver esas prioritarias necesidades de la población? Y le contesté lo siguiente: Si existiera la oportunidad de que estas personas escucharan a los demás, y con ello no me refiero a los llamados asesores de ocasión, que más que estar calificados para dicha función, resultan ser por lo general amigos, familiares o compadres de quienes llegan a ocupar alguna responsabilidad mayor; me refiero, a los operadores de los programas sustantivos, que tienen años de experiencia laboral en condiciones precarias y han sabido cumplir con las metas reales adecuando el uso de estrategias democráticas que incentivan la creatividad y el sentimiento de pertenencia institucional de los prestadores de servicio.
Si bien es cierto, que en administraciones anteriores se ha tratado de impulsar la modernidad, adquiriendo equipo y tecnología, y modernizando procesos y gestión, estos terminaron en el momento de los cambios administrativos sexenales.
Yo le diría a los responsables de las unidades médicas, que buscaran formas novedosas para encontrar alternativas de solución a los procesos que ya no están funcionando de acuerdo a la norma, porque en su momento, éstas, sin duda tuvieron una aplicación adecuada, pero en algunos casos ya no lo son en los tiempos actuales.
Les diría también, que los procesos de capacitación requieren de una modernización y que estos, definitivamente deben de dejar de verse como una herramienta para exhibir al personal que por diversos motivos se ha quedado rezagado.
Es necesario que las capacitaciones resulten ser un verdadero estímulo para el trabajador y no las vea como una obligación de la institución para exigirle un rendimiento que resulta poco práctico con la realidad.
Es preocupante el hecho de que muchos trabajadores desconozcan su función dentro de la estructura institucional.
Si cada uno de ellos entendiera, no solamente su función, sino la importancia de formar una parte fundamental de un proceso de administración, para que la productividad alcance los estándares de calidad que requiere su alta responsabilidad, sin duda que estaría más comprometido a realizar con eficiencia su trabajo.
Necesitamos líderes motivadores, que tengan una actitud positiva, que generen políticas de bienestar para el trabajador, que incluyan en tiempo y forma a todos los actores en la elaboración de los planes y proyectos de la institución.
Es necesario también que se organicen y prioricen las actividades en función del tiempo.
Finalmente, mi tío Tiotimo me pregunto: ¿Y realmente qué has puesto de tu parte para impulsar todo esto que te parece adecuado para mejorar la gestión en servicios de salud? Tienes razón tío le contesté pensar sólo en lo que es mejor para todos no nos conduce a un resultado satisfactorio, de mi parte, como trabajador y como fundador del Consejo Profesional para la Equidad Laboral y el Fortalecimiento de la Ética Institucional (COPELFEI) he luchado activamente desde hace 12 años´, por coadyuvar con nuestras autoridades, nuestros compañeros y pacientes, a establecer un mejor clima laboral, porque estoy convencido, que en los procesos de productividad y la mejora continua de la calidad, debemos estar incluidos todos los actores en igualdad de circunstancias, he luchado por que no sólo se le respeten los derechos a los pacientes y a lo prestadores de los servicios de salud, sino que ambos sean vistos como personas y tratados con la dignidad que merecen.
Todos queremos seguir viendo y sintiendo que el vaso de la salud esta medio lleno y no acumulando frustraciones desesperanzadoras que nos hagan sentir mayor el vacío de la indefensión que han procurado los actores y agoreros de la desesperanza en nuestro querido México.
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