El intento no es nuevo para Tamaulipas.
En el propósito de tambalear a un Gobernador o por lo menos intentarlo como hoy sucede con Francisco García Cabeza de Vaca, nuestra patria chica tiene cierta experiencia, podría decirse que cercana.
Viene a colación el tema, porque ayer la facción de Movimiento de Regeneración Nacional presentó una petición en el Senado para buscar la desaparición de poderes en Tamaulipas junto con Guanajuato, también gobernado por Acción Nacional. Curiosamente también el PAN hizo lo propio con el gobierno de Veracruz como objetivo. Tres pájaros en un solo “acalambre”, como parece que al final será este nuevo juego de vencidas.
Pero quedémonos con nuestro Estado y su historia.
Corría la fase final de la gestión de Américo Villarreal Guerra. De manera secuencial, se sucedieron violentos motines carcelarios en Victoria y Matamoros, con decenas de muertos como saldo. Nada parecía detener la escalada letal dentro de los reclusorios y la rumorología con los días se convirtió en certeza: Alguien buscaba moverle el tapete al mandatario tamaulipeco.
Los hilos se movían no en el Estado, sino desde la ciudad de México, igual que ahora sucede con la solicitud sobre Tamaulipas y las otras dos entidades.
La respuesta del americanismo, orquestada en la práctica por su extraordinario jefe de prensa, Manuel Montiel Govea, fue aglutinar en un solo frente a empresarios, líderes campesinos y obreros, colegios de profesionales y a figuras eméritas del Estado que dieron la cara personalmente en defensa del entonces gobernador.
El éxito de esa tarea de trinchera, monumental si tomamos en cuenta que en ese tiempo no existía internet y mucho menos las redes sociales, lo conocemos todos: Américo es uno de los gobernadores tamaulipecos mejor recordados.
¿Podría escribirse ahora una historia similar?
En mi opinión, existe una desventaja y una ventaja para lograrlo.
La primera es que las redes sociales en las que al parecer se pretende proteger al gobierno merecen escasa credibilidad. Están tan contaminadas y manipuladas que aún cuando existen cuentas reales y de buena fe, coexisten con ellas otras tantas ficticias y sin solvencia civil y moral. No se sabe a quién creerle.
La ventaja es que el planteamiento de MORENA está viciado de origen, porque es inaudito que se pida la desaparición de poderes en dos estados sólo por no ser de su establo y cierren los ojos ante el desastre de Veracruz y Morelos, envueltos en peores condiciones de violencia que las tamaulipecas. Vaya, hasta el propio senador Ricardo Monreal, no precisamente un amigo de la actual administración estatal, recomienda mesura en estas acciones, en una anticipación del final de este folletín novelesco.
En ese contexto, valdría la pena endosarle a los promotores de esa desaparición de poderes, sean morenistas o panistas, una vieja frase coloquial, de esas que le gustan al poder nacional en turno:
O todos coludos, o todos rabones…

TRUMP Y LOS MEXICANOS
Y para los que, como dicen en el rancho, les entró el “susirio” por la acometida legislativa contra el gobierno de Tamaulipas deberían de evaluarla en su justa dimensión, que lo más probable es que como señalé líneas arriba, sea un “acalambre”. Véalo así:
Si a un Presidente de Estados Unidos, Donald Trump en este caso, lo traen a batazo limpio en la Cámara de Representantes –el Congreso– para armarle un juicio político, obviamente para mandarlo a su casa, ¿Por qué no habría en nuestro país quienes intenten hacer algo similar contra los gobernadores mexicanos?
Total, parece que lograrán lo mismo: Nada…

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