Gerardo Peña Flores es el hombre más inteligente en el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca. No pudo ser candidato a Senador pero ahora ejerce como secretario general del PAN tamaulipeco, lo que combina con la importante función de vocero, para defender al jefe, justificar sus acciones y convocar a la sociedad a trabajar junto con él.

Gerardo participó en una emisión del programa Noticias 24siete, transmitido en Facebook, donde debatió con cuatro periodistas acerca de las campañas electorales que están en marcha.

Peña Flores no pidió permiso para reunirse con la prensa ni rehuyó las preguntas incómodas, y tuvo un estupendo desempeño frente a cámaras y micrófonos, con respuestas agudas, oportunas, certeras, la mayoría de corte triunfalista, porque ese es su trabajo político.

(No podemos imaginarnos a ningún político aceptar públicamente que tienen malos candidatos y que temen sufrir derrotas. Pero los periodistas se sienten obligados a preguntarlo).

Exageró, por supuesto, en su visión del panorama político y hasta se permitió echar algunas mentirijillas, como su afirmación de que los candidatos del PAN están a la cabeza de cualquier otro adversario, que no tuvieron problemas con Maki, que están construyendo desde ceros a Tamaulipas  y que ahora existen transparencia y rendición de cuentas.

El periodista Mario Cancino Torres, uno de los panelistas, interrumpió al invitado para recordarle que el tema eran las campañas electorales, no el desempeño del gobierno del Estado, y hasta fingió risas nerviosas para no molestarlo, pero no fue necesario porque Gerardo reconoció su excesiva euforia gubernamental y cambió de tópico.

Era cierto. Peña Flores dedicaba el tiempo a ensalzar las acciones del licenciado Cabeza de Vaca, como no lo hace ni el jefe de prensa oficial, e hizo luz sobre muchos temas polémicos que el gobierno mantiene en la opacidad.

Negó por ejemplo, que existan fricciones o distanciamiento entre el gobierno del Estado y las fuerzas castrenses, a resultas de lo cual habría disminuido el número de efectivos en las calles.

Aseguró el dirigente albi-azul, que el gobierno federal incumple en Tamaulipas funciones vitales, como atacar las fuentes de financiamiento del crimen organizado, al grado de que Cabeza de Vaca excedió sus funciones al cerrar casinos y sacar de circulación taxis piratas usados por halcones.

Gerardo Peña no le sacó al bulto a ninguna pregunta y no tuvo empacho en revelar que dos personas le cuidan las espaldas y que es mentira que Cabeza de Vaca apoya por debajo de la mesa, al candidato del PRI de Reynosa, Serapio Cantú Barragán.

Reconoció así mismo, que los candidatos del PAN en Ciudad Victoria y Ciudad Madero, Xicoténcatl González y un señor Zorrilla, tienen detractores hasta dentro del mismo partido, pero les reconoció su libertad de expresarse.

Tampoco se arrugó o hizo Gerardo malas caras cuando le preguntaron la razón que impidió que lo lanzaron para Senador o que si sería el delfín para su sucesión de Cabeza de Vaca.

Con serenidad y aplomo, sonriendo, dueño de la escena, el político fronterizo aclaró que su pertenencia al gobierno no lo hace dueño de candidaturas ni de otra suerte de posiciones o destinos. Participa para servir y no está obsesionado o comprometido con alcanzar ningún cargo.

Cambiamos de tema para informar de otro amable diálogo que sostuvimos ayer con el médico Américo Villarreal Anaya, candidato de MORENA al Senado de la República, a pocas horas de que emprendiera desde Ciudad Victoria, un viaje a Tampico, para hacer una nueva gira de proselitismo.

Américo también está convencido que Andrés Manuel López Obrador será el próximo Presidente de la República, pero aclara que cuando los mexicanos crucen el emblema con su nombre en la boleta electoral, no será el final del camino, sino apenas el principio.

No se refería el candidato Villarreal Anaya a la obra pública que tiene prometida el señor López Obrador, sino a la tarea de combatir hasta su exterminio a la corrupción gubernamental, pero básicamente, a restablecer en la misma sociedad el cuadro de valores que el sistema destruyó con su mal ejemplo.

Hay algo de cierto en el apotegma firmado por Enrique Peña Nieto, de que la corrupción forma parte de la cultura del mexicano, en el sentido de que su ejercicio es parte consustancial de su naturaleza humana.

Pero el mexicano es practicante de la corrupción justamente porque tiene un gobierno que la tutela y hace de ella una práctica consuetudinaria, de tal manera que produce un contagio social que hasta hace ver mal a quien tiene una oportunidad de lucro indebido, y no lo aprovecha.

El que encuentra tirada en la calle una cartera y la devuelve a su dueño, no le dicen honesto, sino pendejo.

Esa es la corrupción que el gobierno prohijó en la sociedad e hizo pudrir los valores morales, con las conductas de los funcionarios públicos, que llegan al poder no con el afán de servir a los demás, sino para enriquecerse y ni siquiera moderadamente, sino de manera descomunal. Y los ejemplos están a la vista, con ex Gobernadores presos, procesados o prófugos.

Esa es la misión que se propone cumplir al frente del poder ejecutivo federal el licenciado Andrés Manuel López Obrador. El médico Américo Villarreal Anaya reconoce que no será fácil ni rápido, porque existe una resistencia al cambio hacia lo positivo.

Los primeros en oponerse al saneamiento del gobierno y de la sociedad, son los propios miembros del sistema que han amasado fortunas insultantes a la sombra del poder, y cuyos nombres aparecen en la reciente fiesta de los 70 años de Carlos Salinas de Gortari.

Villarreal Anaya apela como López Obrador, a una nueva mentalidad del mexicano fincada en la moral, en la decencia, en el honor, para enseñar a las generaciones a no hacer trampas, no engañar, no falsificar, no pisotear los derechos de los demás.

En otros temas, el Ayuntamiento de Victoria se propone castigar a los agentes de tránsito haciéndolos pagar las multas por supuestas infracciones cometidas por automovilistas, canceladas por tribunal administrativo por haber sido mal aplicadas.

Queremos adivinar que el tribunal administrativo cancela las boletas, no porque estén mal hechas, sino porque las infracciones alegadas son inventadas, infundadas, insostenibles.

En todo caso, el Ayuntamiento debe capacitar a sus agentes, para que hagan bien su trabajo. Y la capacitación debe incluir un auto-cuidado básico, porque en los últimos días, varios de ellos han sido atropellados cuando cumplían su función, en las calles.

De paso, el gobierno municipal victorense debe gastar dinero en la modernización del sistema de semáforos, pues no son pocos los que están apagados, con luces verdes simultáneas o funcionando intermitentemente.

Es tan caótico el sistema vial de la capital , que se producen hasta choques de bicicletas entre sí. Aunque usted no lo crea.

Retomamos temas políticos, para avisar de la encuesta del Grupo Reforma para medir la intención del voto universitarios, entre jóvenes de entre 18 y 24 años de edad.

Un 54 por ciento de los muchachos consultados, declaró que votará por Ricardo Anaya Cortés, el 21 por ciento por López Obrador, y un 16 por ciento, por José Antonio Meade Kuribreña.

En tanto que el candidato del PRI al Senado de la República Alejandro Guevara Cobos, anunció en Reynosa tres propuestas para conseguir la pacificación de México, pero nadie se lo creyó, porque es diputado federal con licencia, y nunca se le ocurrió llevarlas antes a la tribuna. Hasta ahora, por conveniencia.

También Yahleel Abdalá Carmona suelta lágrimas de cocodrilo con pretexto de la guerra que desangra a Tamaulipas, pero igual la repelen, pues es también diputada federal y hasta ahora parece darse cuenta de las necesidades de sus representados.

Por cierto, Reynosa volvió a ser escenario de balaceras, persecuciones, emboscadas y poncha-llantas. Las versiones de redes sociales hablan de 8 abatidos. El gobierno sigue en silencio.

 

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