La elección de jueces y magistrados realizada este domingo fue inédita en la historia democrática de México, pero también distante para la mayoría de los ciudadanos. A pesar de su magnitud, con millones de boletas impresas y miles de cargos en disputa, la participación ciudadana fue baja, entre el 12 y el 13 por ciento del padrón electoral acudió a las urnas, lo que equivale a cerca de 13 millones de votantes en un país con más de 100 millones de electores registrados.
Y aunque autoridades han celebrado los números, lo cierto es que la participación ciudadana fue baja, una muestra clara de lo que ocurre cuando se convoca a una elección precipitada y compleja. Porque sí, se habló de democratizar el Poder Judicial, pero lo cierto es que millones de personas no sabían ni qué estaban votando.
El Instituto Nacional Electoral ha adelantado que los resultados oficiales podrían tardar hasta 10 días en conocerse, debido a la complejidad del conteo y a la falta de recursos para implementar mecanismos como el PREP.
En el plano político, Morena festejó la jornada como un paso firme hacia la democracia participativa. La presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente López Obrador se mostraron satisfechos por lo que consideran una victoria popular. En contraste, la oposición ha señalado la baja participación y la falta de debate técnico como razones suficientes para cuestionar la legitimidad del proceso.
¿Y en Tamaulipas, cómo nos fue?
Hasta el cierre de esta edición, el avance en el cómputo de actas era muy bajo. Solo las Magistraturas del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia alcanzaban poco más del 20 por ciento de actas computadas . Las demás categorías —Magistraturas Supernumerarias, Tribunal de Disciplina Judicial, Juezas y Jueces de Primera Instancia y Jueces Menores— apenas llevaban de un 1.4 a un 6 por ciento. y es algo entendible debido a la gran cantidad de cargos en disputa
En cuanto a participación ciudadana, los números siguen siendo desalentadores. Las Magistraturas Supernumerarias y el Tribunal de Disciplina registran poco más del 21 por ciento de participación, pero con menos del 3 por ciento de actas computadas. En cambio, Juezas y Jueces Menores y de Primera Instancia, donde se ha avanzado más en el conteo, reflejan una participación de apenas un 13 por ciento.
Más allá de los números, esta elección mostró algo que ya sabíamos, sin información clara, sin tiempo suficiente para campañas de concientización y sin interés genuino de la ciudadanía, no se puede hablar de una verdadera participación democrática.
Fue una elección compleja, larga, con demasiadas boletas, con demasiados nombres desconocidos y una impresionante carga operativa. También fue notoria la dificultad para integrar mesas directivas de casilla pues la apatía de la gente fue evidente.
No se trata de descalificar el esfuerzo ni de negar la importancia del objetivo, pero siendo sinceros, este proceso dejó claro que aún falta mucho por hacer para involucrar y despertar el interés ciudadano en una elección tan compleja como esta.
Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales.