Edmundo García Román es prototipo de una figura política en vías de extinción, líder charro, pues desde hace más de 20 años detenta la jefatura estatal de la CTM, mismo lapso en que la convirtió en una membrete, una entelequia, una nada.
La central obrera ya no existe en Tamaulipas, ni como sector político del PRI, ni como organización gremial que defienda los intereses de los trabajadores. Es una paradoja que Edmundo se ostente como trabajador y su oficio ya no exista, el de empleado de cine, vulgo cácaro, pues la modernidad de la industria hizo obsoleta esa función.
Hace unos días, el secretario general de la Federación de Trabajadores de Tamaulipas anunció en la prensa que tiene Tamaulipas un déficit de trabajadores y que será necesario traerlos de otros Estados, para que cubran vacantes laborales.
La declaración tuvo la torcida intención de hacer creer a la Opinión Pública, que el trabajo abunda en Tamaulipas, que estamos en Jauja y que no se emplea solo el que no quiere hacerlo.
Es mentira. García Román se refería específicamente a 15 mil plazas que ofertan empresas maquiladoras de Reynosa, que están vacantes no porque no exista demanda de empleo, sino porque los salarios son miserables y los horarios, extenuantes.
Trabajadores de ciudades ribereñas, de Rio Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, se han contratado en esas empresas maquiladoras de Reynosa, pero desisten a las pocas semanas, debido a que la mitad de sus sueldos de hambre lo gastan en pasajes de transporte.
Los horarios de trabajo son agotadores pues los obreros están en líneas de producción mecánica que no admiten demoras, treguas, descanso, y no tienen permiso ni de separarse para ir al baño a satisfacer una necesidad.
Los turnos nocturnos son peores pues los sobre-sueldos son irrisorios pero sí son causantes de tragedias que aparecen en la página roja, de madres de familia cuyos hijos sufren accidentes en sus hogares, por no tener quien los vigile y cuide.
Son empleos de menos de mil pesos de salario a la semana y son desdeñados porque no resuelven ni medianamente las necesidades de un trabajador, menos cuando tiene dependientes en su casa.
Tamaulipas tiene un grave problema de desempleo. Adultos maduros, jóvenes, fuertes, preguntan en la calle a los transeúntes, si pueden ocuparlos en alguna reparación en sus casas, o lavar los automóviles, arreglar el jardín, recoger la basura, pintar una pared.
Mujeres piden un taco de comida, una fruta, unas monedas “para el micro”, cuando amas de casa rechazan sus pedidos de empleo lavando ropa, cocinando o cuidando niños.
Las calles están llenas de chamacos y jóvenes que limpian vidrios de vehículos a cambio de monedas. Los tambos de basura son revisados en las calles con avidez por grandes y chicos, en busca de restos de alimentos, botes de aluminio, cualquier cachivache que se les antoje útil.
Cuando el hambre no afloja, ellos son presas fáciles de reclutar por delincuentes que los emplean como halcones, de entrada. Es lo que llaman el tejido social lastimado y que los políticos y funcionarios invocan con tanta vehemencia…y demagogia.
Pero hablábamos de Edmundo García Román y la usurpación de liderazgos sindicales. Anteriormente, el gobierno federal ejecutaba un Programa de Empleo Temporal, PET, que aterrizaba en los Estados donde hacía crisis este problema socio-económico, como Tamaulipas.
Pero ahora no hay nada de eso, ni siquiera una iniciativa del propio gobierno estatal, panista, porque les resulta más fácil y cómodo fingir que no tenemos ese problema.
Hace unos días, el Presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador, anunció que dará al salario mínimo rango constitucional, para que resuelva las necesidades básicas de un trabajador.
Algún asesor suyo deberá informarle, que el salario mínimo general ya tiene rango constitucional, pero como ocurre con otros muchos mandatos de la Carta Magna, no se respeta.
López Obrador anunció que habrá democracia en el sindicato petrolero, lo que debe interpretarse como la liquidación del imperio de Carlos Romero Deschamps pero que además, las prácticas de saneamiento se extenderá a otros gremios, para que se oxigenen y tengan dirigentes electos libremente por las bases.
La CTM llegó a ser en Tamaulipas un poderoso sector dentro de la política y de la actividad económica. Hubo Senadores como Antonio García Rojas, Salvador Barragán Camacho y una gran cantidad de diputados federales y locales, pertenecientes al sindicalismo.
Hoy, apenas tienen regidores en los Cabildos, gracias a que Edmundo García Román le pone más atención a sus negocios comerciales, que a la presencia de su sector en el escenario político.
Está desdibujada la presencia de la CTM en Tamaulipas. Muy pocos podrán citar por sus nombres a los representantes municipales del sector, excepto el de Reynosa, porque lleva el mismo nombre de su padre, que tuvo en sus manos su manejo durante muchos años, antes de pagar tributo a la tierra.
Cambiamos de tema para avisar que hoy estarán en Ciudad Victoria Alfonso Durazo Montaño, el senador Américo Villarreal Anaya y José Ramón Gómez Leal, para encabezar un diálogo ciudadano en las instalaciones del Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas, ICEST, a las diez de la mañana.
Este Instituto se ubica por el bulevar Fidel Velázquez, frente a la tienda Gran`D Central, y los emisarios de López Obrador y los legisladores en funciones, atenderán las propuestas de las víctimas del delito, para la confección de una estrategia de seguridad diferente.
El miércoles 17, el licenciado Andrés Manuel atenderá en Tampico (Laguna del Carpintero, 17:00 horas) a representantes de segmentos de la sociedad de Tamaulipas, que le expondrán el listado de problemas y necesidades de los municipios.
El Presidente electo de México encarna la esperanza de los ciudadanos de este Estado, de conseguir un mejor porvenir debido a que las actuales circunstancias son adversas y no parece haber alternativas de cambios.
Corrupción, inseguridad, cerrazón gubernamental y un Congreso local mudo y ciego, son las principales denuncias que serán expuestas al Presidente electo de México, que ya son de su conocimiento, pero ahora las conocerá personalmente, de manos de algunos de los afectados.
Seguramente repetirá en Tampico el futuro jefe de las instituciones nacionales, el mensaje principal, relativo a la austeridad y el llamado a los gobiernos estatales, a apretarse el cinturón, para que cumplan realmente su misión oficial, de servir a la sociedad, en lugar de servirse ellos, los funcionarios.
El futuro Secretario de Seguridad Alfonso Durazo Montaño tendrá este día información de primera mano, de los más recientes episodios de violencia sufridos en Tamaulipas, especialmente el atentado que sufrió un grupo de jóvenes en una palapa victorense, donde uno de ellos murió y seis resultaron heridos.
Otro caso de escándalo, es que clausuraron gasolinerías de Matamoros porque “descubrieron” que vendían carburante robado. No es una actividad nueva pero el gobierno federal se quiere adornar con estas medidas espectaculares.
También es bien sabido que los concesionarios no tenían opción porque los proveedores ponían la alternativa: plato o plomo.
En Reynosa, el sub-secretario de ingresos Arturo Soto Alemán repitió decomiso de vehículos de transporte urbano (ahora micros), con diversos pretextos. Parece ser una venganza porque un juez federal le manda regresar a su dueño, un vehículo usado como taxi.
Hay otra mala noticia para Arturo: un segundo afectado con decomiso de vehículos, lo vencerá también en tribunales y exigirá su devolución. Ya debió haber aprendido, que lo barato sale caro, por andar improvisando patrullas oficiales.

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