Ayer, el Instituto Electoral de Tamaulipas “calentó” sin querer el entarimado del partido Movimiento de Regeneración Nacional, conocido como MORENA, al expedir una constancia de asignación dentro de las diputaciones plurinominales generadas por la elección del 4 de junio pasado.
¿Por qué sucedió eso?
Porque uno de los beneficiados con la confirmación de una curul de ese tipo es el empresario reynosense Rigoberto Ramos Ordóñez, precisamente en las filas de MORENA.
¿Y quién es este personaje?
Bueno, es uno de los operadores políticos de alta confianza de Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas. Con base en esa relación, manejó la coordinación de las campañas de su partido en esa frontera en donde los resultados no le permitieron lanzar las campanas al vuelo, lo cual fue tomado por algunos de sus compañeros de establo como un paso atrás en su carrera.
Ahora ha sido declarado formalmente Diputado Plurinominal, lo que le garantiza tres años para hacer trabajo no sólo legislativo e institucional, sino también partidista y sobre todo, electoral, con un plus que no tienen sus colegas partidistas.
Rigo, como lo conocen sus amigos y cercanos, es prácticamente el puente más sólido que tiene el “morenismo” –entiéndase López Obrador– con los círculos del poder económico de Reynosa, sede de los super distritos convertido en el vivero “madre” de votos por la densidad de su población. Y cualquiera sabe lo que eso significa para el proceso electoral que se avecina en la Entidad.
Bueno, se los dejo sobre la mesa.
Que se preocupen los que sienten que están en el grupo cerrado, los mismos que presumen de “hablar al oído” al Supremo y que irán en pos de la candidatura a Gobernador de Tamaulipas.
Porque se acaba de subir otro gallo al palenque…

ROSARIO, USTED Y YO…
Andrés Espinosa Casas, añorado compadre, excelente abogado y amigo como pocos, quien se adelantó aún joven en el camino final, acostumbraba decir conforme a su experiencia como litigante que el problema con los agentes del Ministerio Público y jueces no era lo que el indiciado podía decir en su declaración, sino lo que le podían poner en ella.
Esa “justicia” era común en esos tiempos y ahora ha evolucionado en otra faceta oscura. Hoy los acusados no deben preocuparse de lo que asienta la ley, sino de lo que el juez interprete de ella.
Es el caso de la ex titular de la SEDESOL y de la SEDATU del gobierno federal, Rosario Robles, una figura que de ninguna manera es de mi devoción ni aparece en mi pequeño mundo, pero que ejemplifica con meridiana claridad las aberraciones que se desprenden del “cómo ve” un juzgador un caso, para mandar olímpicamente al cuerno al Derecho.
Doña Rosario es un caso típico más del revanchismo político mezclado con la calidad de “chivo expiatorio”.
La gravedad del abuso judicial no se deriva de quien fue o quién es la señora Robles. Lo inquietante es que sí con un ejército de abogados, encanecidos en mil batallas en los tribunales, el sistema manda a un personaje de esa talla a la cárcel “por los míos”, imagínese lo que pueden hacer con cualquier hijo de vecino, como usted o como un servidor.
Bueno, no sé usted, pero yo sí soy cualquier hijo de vecino…

LA FRASE DEL DÍA
“El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago”…
Woody Allen

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