En ‘Ecos de la Realidad’, cada historia nos acerca más a la verdad, y en los ultimos años me ha tocado escuchar testimonios alarmantes de las severas carencias que enfrenta el sector salud y que impactan directamente en la vida de los ciudadanos.

Historias que me han desgarrado el corazón, desde ver a madres peder a sus hijos ante la falta de medicinas esenciales para su tratamiento, hasta pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, cáncer y padecimientos cardiovasculares, que a menudo se encuentran en situaciones críticas.

Tambien puedo dar mi propio testimonio como derechohabiente del ISSSTE y donde el desabasto de medicamentos esenciales, la falta de insumos médicos y las condiciones precarias de hospitales y clínicas son algunos de los problemas más graves que persisten.

La escasez de insumos también es una crisis que no sólo afecta la calidad del tratamiento, sino que también pone en riesgo la seguridad de los pacientes y del personal médico.

La reducción del presupuesto destinado a la salud en México ha tenido múltiples impactos negativos, afectando tanto la calidad como el acceso a servicios sanitarios esenciales para la población. Este fenómeno no solamente pone en riesgo la salud general de los ciudadanos, sino que también expone carencias estructurales que podrían tener consecuencias graves a largo plazo.

Uno de los efectos más inmediatos de la reducción presupuestaria en salud se refleja en la escasez de insumos médicos y medicamentos. Esta situación se ha vuelto evidente en varias instituciones públicas, donde los pacientes frecuentemente deben comprar sus propios medicamentos o buscar alternativas privadas, aumentando así las desigualdades en el acceso a la salud.

Consciente de que la salud es más que un derecho; deberia ser una prioridad, y no un aspecto relegado a segundo plano en las agendas políticas y sociales.

Es imperativo que los esfuerzos por rehabilitar y mejorar las condiciones de nuestras instituciones de salud se intensifiquen.

La salud es el cimiento sobre el cual se construyen sociedades fuertes y resilientes.

Y la falta de servicios de salud adecuados tiene profundas implicaciones en varios sectores de la población, con un impacto notablemente adverso en los grupos más vulnerables como niños, donde la falta de acceso a servicios de salud puede llevar a una baja cobertura de vacunación, mal manejo de enfermedades infantiles, y un deficiente seguimiento del desarrollo físico y mental. Esto puede resultar en tasas elevadas de morbilidad y mortalidad infantil, retrasos en el desarrollo que afectan el aprendizaje y la educación, y una mayor vulnerabilidad a enfermedades que pueden tener secuelas a lo largo de la vida, mujeres, el control prenatal en México es un componente fundamental de la atención de la salud materna, diseñado para monitorear el desarrollo del embarazo y asegurar la salud de la madre y el feto. Sin embargo enfrenta diversos desafíos por ejemplo la falta de equipos como ultrasonidos, esenciales para evaluar la salud del feto y detectar condiciones potencialmente peligrosas. La falta de acceso a ultrasonidos puede limitar la capacidad de los profesionales de la salud para realizar un diagnóstico temprano de problemas como malformaciones congénitas o complicaciones del embarazo. Asimismo las mujeres embarazadas pueden requerir medicamentos específicos para la prevención de enfermedades y el cuidado del embarazo coma la carencia de estos medicamentos en clínicas y hospitales públicos puede llevar a un aumento en las complicaciones maternas y neonatales, además de un seguimiento inadecuado de condiciones preexistentes, adultos mayores, este grupo frecuentemente requiere atención médica constante y tratamientos para enfermedades crónicas y degenerativas. La carencia de servicios adecuados puede conducir a un manejo ineficaz de estas condiciones, disminuyendo significativamente la calidad de vida, aumentando el riesgo de complicaciones graves y elevando la mortalidad y en personas con condiciones crónicas, la falta de acceso regular y confiable a servicios de salud impide un control efectivo de enfermedades como la diabetes, hipertensión y enfermedades cardiacas. La ausencia de tratamientos consistentes y chequeos regulares puede resultar en un deterioro del estado de salud, conduciendo a discapacidades y un aumento de la carga económica debido a emergencias médicas y hospitalizaciones…

La carencia de servicios preventivos y de mantenimiento lleva a una mayor dependencia de los servicios de urgencias, que suelen estar sobrecargados y menos equipados para manejar grandes volúmenes de pacientes. Esto resulta en un ciclo vicioso de atención insuficiente y degradación continua de los servicios de salud disponibles.

La reducción del presupuesto en salud no solo compromete la capacidad de atender necesidades médicas de rutina y emergencias, sino que también agrava las desigualdades en el acceso a la salud y pone en juego el bienestar a largo plazo de toda la población.

Aunque balancear los presupuestos es una tarea compleja, la salud debería considerarse una inversión prioritaria que garantiza no solo el bienestar, sino también la estabilidad social y económica de la nación.

Es momento de que los ciudadanos, activistas y líderes políticos trabajen conjuntamente para resolver estas carencias que afectan la vida de miles de ciudadanos, donde Tamaulipas no es la excepción.

La salud es la base desde donde toda comunidad puede aspirar a un futuro más promisorio.

Para ello es esencial tambien que tanto el gobierno estatal como el federal inviertan en infraestructuras de salud y aseguren una distribución equitativa de los recursos, así, se podrá mejorar de manera efectiva la calidad de vida de todos los ciudadanos y fortalecer el entorno socioeconómico de la región.

Sin duda cada historia nos acerca más a la verdad…

Hasta pronto!!

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