“Ir juntos es un comienzo, mantenernos juntos es un progreso, trabajar juntos nos hará triunfar”…

Henry Ford

 

El anuncio tiene más miga de la que se aprecia a simple vista.

La tarde del miércoles pasado el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro “Alito” Moreno, dio a conocer que los membretes que integran la alianza electoral Va Por México no definirán a su candidato a la presidencia de la República durante el 2023.

¿Qué lectura se desprende de ese mensaje?

Bueno, me atrevo a exponer una conjetura.

Los adversarios y críticos del PRI y demás partidos en coalición dirán con seguridad que eso es muestra de que ese bloque de oposición no encuentra un hombre o una mujer con los atributos necesarios para contender por la máxima silla del poder en México. Afirmarán que desde ahora muestran su desorganización y que como decía aquel gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, “su caballada está muy flaca”, por lo cual aún no pueden elegir a su abanderado.

Ciertamente hay una dosis de razón en esa percepción. La desorganización en esa alianza ha sido clara y hasta ahora sólo ha mostrado a una cauda de manoseados y eternos rostros y nombres como aspirantes.

Pero –por lo menos es posible– que en esta ocasión los líderes opositores muestren con esa decisión que conservan una brizna de materia gris.

Si como adelantó MORENA su candidato a la presidencia se conocerá en septiembre próximo, eso le permitiría a sus contrincantes, como se dice en las carreras de caballos, sacarle desde las trancas un cuerpo de ventaja, aunque estaría por verse si lo pudieran conservar.

Permítame resumir en sólo dos aspectos ese posible beneficio para PRI y asociados.

Primero, será un tesoro tener en las manos el “identikit” del rival. Serán largos meses de tiempo para hurgar hasta en los intestinos de éste y conocer sus flaquezas, omisiones, pasados tormentosos, errores y hasta complicidades. Un hándicap que del lado morenista no existirá, porque todo lo que puedan decir del adversario o adversaria opositores sería más de lo mismo.

Segundo, con esa información, la alianza podrá darse el lujo de marcar la agenda electoral y dejar atrás su papelucho de simple “respondón” que hasta ahora ha desempeñado. Este giro sería oro molido para ella porque el poder en turno ha hecho un acto de fe marcar la pauta política del país y si tiene que dedicar gran parte de su trabajo a defender a su ungido, tarde o temprano resbalará.

Recuérdese: El candidato, hombre o mujer que defienda a la 4T, no será Andrés Manuel López Obrador con su hermético blindaje. Esta campaña le dolerá hasta los huesos a quien represente el color guinda.

Hasta aquí la especulación, que a final de cuentas es sólo eso, una aventura de la imaginación tratando de acercarse a la realidad. Falta poco para saber si la primera refleja por lo menos en algo a la segunda.

Como cuentan que decía Pancho Villa: ¡Animo!…que después se pondrá peor!

UNA FÓRMULA EXITOSA

Y para seguir en el tema de las alianzas, en Tamaulipas una de ellas se consolida como pilar de la fórmula electoral de MORENA y el Partido Verde Ecologista.

Día tras día, un movimiento social avanza bajo el lema de Avanzada Tamaulipeca con ideas frescas y acciones directas, que calan en el ánimo no sólo de las militancias de ambos partidos, sino de quienes ven en Américo Villarreal Santiago y Marco Batarse Farrel, un cambio tonificante en el entarimado político de la Entidad, cobijado en el proyecto de Claudia Scheinbaum.

Esta suma de siglas y trabajo ya permea en el ambiente preelectoral del Estado en prácticamente todos sus municipios y especialmente en los mandos nacionales de los dos institutos, que reciben a diario pruebas del apoyo que cosechan ambos protagonistas, para morenistas y verdes.

No pierda de vista a Américo y a Marco. Son un reflejo de una frase comercial aplicada exitosamente a la política tamaulipeca:

El futuro está aquí…