Tras el tormentoso tráfago de la elección en Tamaulipas y una vez definida en las urnas la voluntad de las mayorías, en forma inobjetable hay que reconocerlo, me atrevo a manejar en estas líneas un buen deseo:
Que la justicia vuelva a ser el eje de la ley en Tamaulipas.
¿Por qué poner ese tema sobre la mesa cuando el gobernador electo ya ha reiterado que el Estado de Derecho es una de sus prioridades?
Me mueve a manifestar lo anterior un caso específico:
Se trata del que atañe al ex gobernador Eugenio Hernández Flores, quien sigue en prisión por presuntos cargos aún sin comprobar pese al largo tiempo que lleva recluido, algunos de los cuales pese a que ya fueron desestimados por un magistrado federal, no han sido suficientes para liberarlo.
Esta percepciòn personal está muy lejos de apoyar que se tuerza la ley, sino por el contrario, que precisamente esa normatividad se respete, se observe y se aleje de revanchas políticas y venganzas personales que a ojos de muchos, son los factores que mantienen al ex mandatario tras las rejas.
Revisar el caso penal de Eugenio no es una petición trasnochada de piedad, sino un camino para que los tamaulipecos sepamos a ciencia cierta si tienen fundamento las acusaciones contra el ex Ejecutivo o si se ha utilizado a la ley en interpretaciones intestinales.
En lo personal y lo le sostenido en diversas oportunidades y espacios, siempre he pensado que el doctor Villarreal Anaya es, como decían nuestros padres y abuelos a manera de alabanza, un hombre decente. De eso, que quede claro, no tengo duda alguna.
Por esa convicción sobre Américo, me parece necesaria la revisión de ojos y mentes imparciales sobre el litigio contra Eugenio. Deposito esa confianza en la formación familiar y valores del doctor y si la administración del gobernador electo valida esos cargos los tamaulipecos sabremos a ciencia cierta que se está aplicando la ley al pie de la letra y esperaremos con respeto el veredicto de los tribunales.
Ojalá pudiéramos tener esa certeza y si se ha violado la ley, atestiguar que la justicia vuelva a reinar en esta querida patria chica…
OXÍGENO INSTITUCIONAL
Son diversos los saldos importantes tras el proceso electoral en Tamaulipas, que terminó con el triunfo del médico Américo Villarreal Anaya, candidato de MORENA y sus aliados.
Sin embargo, me quedo con uno como fundamental, el cual desde ahora queda claro será el perfil de la nueva administración estatal: Su relación tersa con el gobierno federal.
Al margen de polémicas sobre a cuál orden de gobierno le asistía la razón en sus diferendos, lo cierto es que los lazos entre el régimen tamaulipeco y el federal apenas se sostenían –y siguen haciéndolo– con pinzas, derivado de un enfrentamiento entre ambos ejecutivos que el actual gobernador inició desde hace tres años al inicio del mandato de López Obrador. Como una dosis de oxígeno, es evidente que su final está cercano.
Una señal de ese giro es la calidad de orador que tuvo el doctor en una reunión en el seno de MORENA en Toluca, con gobernadores en funciones y electos, así como con una nutrida parte del gabinete del gobierno de la República, en el cual ahora se engarza Tamaulipas como factor importante para ese partido.
Hoy, los vientos de cambio de los que tanto se ha hablado desde hace casi seis años, por primera vez soplan en la misma dirección para los navíos estatal y federal. Que sea para bien… .
LA FRASE DEL DÍA
“Estoy a favor de la verdad, la diga quien la diga. Estoy a favor de la justicia, a favor o en contra de quien sea”…
Malcolm X
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