“No es tarea de la universidad ofrecer lo que la sociedad le pide, sino lo que la sociedad necesita”…
Edsger Wybe Dijkstra
En las postrimerias del 2022, apenas cuatro meses atrás y en sus albores el nuevo sexenio estatal, las especulaciones sobre un cambio en el timón de la Universidad Autónoma de Tamaulipas galopaban sin freno.
Había inclusive quienes cruzaban apuestas sobre cuánto tiempo tardaría en darse un reemplazo en la máxima autoridad operativa de esa institución, la Rectoría.
A medida que fueron pasando los días, a despecho de algunos grupos que a trasmano trataban de llevar agua a su molino, la figura de Guillermo Mendoza Cavazos se consolidó gracias a la suma de esfuerzos de directores, docentes y comunidad estudiantil, que aportaron su completo apoyo al Rector y presentaron mes tras mes, un cuadro de eficiencia administrativa y pulcritud académica a los ojos del gobernador Américo Villarreal Anaya.
El presente no permite interpretaciones. En estos momentos la UAT y su cuadro directivo son parte básica del proyecto social en el actual gobierno estatal, lo cual se reflejó durante el primer informe de labores presentado por Guillermo Mendoza, en donde el el Jefe del Ejecutivo tamaulipeco no sólo ofreció su apoyo a la UAT y a sus autoridades, sino que hizo evidente su convicción de que en ese claustro se seguirán formando profesionales a a altura de los retos que enfrenta la Entidad.
¿Quiénes ganan con este escenario?
Habrá quien diga que la universidad y habrá también quien opine que el Estado sumó un aliado significativo, lo cual no está reñido con la realidad, pero en lo personal me parece que el mayor beneficio es para la sociedad en general.
Contar con una casa de estudios de alto perfil, alejada de los vicios del pasado y con el respaldo pleno del gobierno del Estado no puede dar otro saldo que más avances y un vivero de profesionales propios, vinculados con su entorno y preparados para ser útiles.
Mi modesta felicitación para el Gobierno del Estado por reconocer el valor de los universitarios de hoy, otra para la UAT por su solidez académica y tecnológica, pero sobre todo, una felicitación a nosotros mismos, los tamaulipecos, por una alianza de primer nivel que desde ya, está dando frutos…
LAS ALTERNATIVAS DE CDV
Una pregunta recorre el mundillo político tamaulipeco:
¿Realmente el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca cree que puede ser el candidato de la oposición a la Presidencia de la República?
En lo personal, estoy seguro que él sabe que no tiene posibilidad alguna. Sabe que ni de lejos posee un perfil que pueda competir con Santiago Creel, Ildefonso Guajardo, Enrique de la Madrid o Beatriz Paredes. Ni siquiera con el de Lily Téllez, la de menos trayectoria en ese terreno.
¿Por qué entonces insistir mediáticamente en ese sentido?
Existe una respuesta lógica.
Cabeza de Vaca tiene claro, es evidente, que la única manera de contrarrestar la embestida penal que desde hace años protagoniza la Fiscalía federal en su contra, es no perder su imagen de protagonista en el concierto electoral nacional.
Creo entenderle: En la medida que mayor presencia tenga en ese terreno y más gente piense que piede ser el elegido azul o de una alianza, si fuera aprehendido la percepción sería que el golpe no es contra un hombre, sino contra un partido, Acción Nacional. Y en política la percepción es todo.
Que quede claro: Cabeza de Vaca no bajará la guardia y por el contrario atacará cada vez con mayor denuedo. Para él, su supervivencia en la vida pública y más grave aún para él, su libertad, dependen de su belicosidad.
Ha llegado a un punto en el que no hay reversa: Como en la selva, políticamente para él sólo hay dos alternativas: Matar o morir…
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