Esta semana comenzó con una gran expectativa, por fin después de muchos años, nos llegaría un huracán a Tamaulipas, fenómeno natural que tiene por costumbre cargar mucha agua, de beneficio general, pero también muchos vientos, de perjuicio particular.
El Servicio Meteorológico Nacional que no tiene de equipo más que recipientes para contar gotas de agua, se encargó de hacer más grandes las expectativas, al anunciar un fenómeno de proporciones extraordinarias, sin tomar en cuenta los boletines del Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami, FL.
Yo entiendo que después de lo que sucedió el año pasado con OTIS en el océano pacifico, nuestras autoridades connacionales traten de enfrentar los riesgos, pero en este caso en particular, jamás se dieron las condiciones propicias para que escalara a algo mayor a una Tormenta Tropical, como a fin de cuentas resultó.
Los medios de comunicación, basados en la información nacional, de inmediato vieron la posibilidad de incrementar su tráfico en redes sociales, no podían quedarse atrás, si el escenario era brutalmente trágico para los “meteorólogos” habría que ayudarlos en su misión de siembra de miedo para evitar pérdida de vidas humanas.
Así que comenzaron a fluir imágenes extraordinarias de un ciclón del tamaño del Golfo de México, y todos como en las encuestas de Massive Caller a creerse lo que sus ojos veían, sin percatarse de que eran imágenes “Photo Shopeadas”.
Para colmo de los males, la CONAGUA se sumó a la siembra de miedo y los miedos, perdón los medios, se encargaron de sembrar la pregunta supuestamente razonable, ¿Habrá clases en Tamaulipas?
Todavía no caía una gota de agua en el estado, cuando apareció la Secretaria de Educación notificando que no habría clases ni el miércoles ni el jueves ni el viernes y lo cumplieron, escribo estas líneas hoy viernes 21 de junio y no hubo clases, ni lluvias torrenciales, solo esporádicos chubascos, eso sí, en todo el estado de Tamaulipas.
La tarde del miércoles, por fin el Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami, este si tiene equipo y hasta aviones “caza huracanes”, notificó el cambio de situación y en su boletín dijo que en punto de las 2 de la tarde la Depresión Tropical 91L cambió su estatus y oficialmente era la Tormenta Tropical Alberto.
En el mismo boletín daban muy escasas probabilidades de que se convirtiera en huracán, sin embargo, los organismos federales de México y sobre todo las redes sociales incrementaron los avisos de alarma.
Las tormentas no tienen ojo, sin embargo, las notas dijeron que el ojo de Alberto entró por Tampico-Madero por la noche. Con sigilo pasó, pero con rapidez, tan rápido que se lo olvidó llover en la zona, sus aguas se fueron junto con su “ojo” hasta culminar en la sierra donde depositó sus aguas y nos brindó un espectáculo el jueves cuando llenó arroyos, por lo regular secos, ríos en el olvido, como el San Marcos y cascadas que nadie nunca había visto antes.
Las expectativas entonces volvieron a aparecer, ¡Se llenarán las presas! Dijeron, ¡Jamás había visto así el rio Corona! Y otras frases memorables de solo 10 años de antigüedad, porque antes. esas imágenes eran más continuas que ahora.
Confieso que me fui con la finta, creí que había sido excepcional lo ocurrido.
Hoy por la mañana recibí el reporte de la CONAGUA sobre las presas de Tamaulipas y su captación a las 6 de la mañana de este día 21, y la verdad que resulta desalentador, la Presa Vicente Guerrero (Padilla) apenas ha llegado al 9% de su capacidad, pero aún con el incremento de esta semana, tiene menos agua que hace un año, lo mismo ocurre con la Presa Marte R Gómez (Camargo), que apenas llega al 30%, o Las Blancas (Cd. Mier) que llegó al 27%, la Pedro J. Méndez (Hidalgo) es la única que capta ahora más agua que hace un año, pero apenas llega al 38%. La Ramiro Caballero (Mante) apenas llega al 10% y con menos agua que hace un año, o la Emilio Portes Gil (Xicotencaltl) con 20% y con un poco más de agua que el año pasado, o la República Española (Aldama) con menos agua que el año pasado y al 15% de su capacidad.
Pero lo realmente triste es que el Sistema Lagunario de Tampico permanece igual, al 1% de su capacidad y eso a pesar de que por ahí entró la TT ALBERTO que nos llevó DE LA EUFORIA AL DESENCANTO.