Carlos Salinas logró convencer a Estados Unidos y a Canadá del poderío regional que el Tratado comercial entre los tres países generaría. Ahora parece que llega la etapa en la cual el Tratado puede ser historia, una historia de contradicción para México. Aunque se responsabilice al Tratado de la caída del campo, la realidad señala que ya antes del Tratado, el 70% del campo mexicano producía para auto consumo, ni siquiera podía participar en el mercado nacional, mientras países que producen en miles de hectáreas, con subsidios de verdad donde el productor se los gana produciendo, no gastándose ese dinero sin siquiera sembrar, imposible competir, lo mejor fue tirar el azadón.
Peña Nieto muestra un desgaste político semejante al que sacó de la Presidencia a Porfirio Díaz. La corrupción, la impunidad, la deuda externa, el gasto sin control, el atraco público desvergonzado y cínico, el desprecio social hacia los políticos, lo tienen acorralado. La renegociación del Tratado se prolongará hasta la elección 2018, lo que deja a Peña Nieto disminuido en su poder, en manos del insaciable poderío económico mundial. En el país, las reformas estructurales que prometían crecimiento de la economía mexicana, trasladan la riqueza de los mexicanos hacia inversores extranjeros; Pemex y CFE, continúan sumando pérdidas, listas para la quiebra o su remate a favor de los socios del Estado Mexicano.
En el Congreso estadounidense se espera la petición de Trump para sacar del Tratado a Estados Unidos y forzar a México y Canadá a aceptar sus exigencias. Iniciado este trámite, debe pasar seis meses antes de que se concrete la salida de Estados Unidos. Con el Tratado, México y Canadá buscaron la globalización, pero solamente lograron consolidar la dependencia comercial con Estados Unidos, 80% de la exportación mexicana va a ese país y 76% de Canadá, por lo que enfrentan las consecuencias de una mono globalización que dicta condiciones. Ni la apertura comercial ni la globalización logró que México y Canadá diversificaran el destino de sus exportaciones.
Canadá y México no disponen de respaldo político y financiero que les permita enfrentar las estrategias de Trump quien negocia una reforma fiscal que haga más rentable invertir en su país que en el extranjero; plantea cambios a la regulación energética para incentivar la inversión en petróleo, gas y carbón y lograr que el consumidor adquiera lo fabricado ahí y plantea modificar la regulación de comercio internacional y de las compras del gobierno estadounidense encareciéndolas vía aplicación de impuestos y de políticas para la importación.
Estados Unidos vía Trump, no ofrece algo favorable a México y Canadá en esta negociación a cambio de lo que solicita, confirmó el secretario de Comercio, Wilbur Ross al expresar, estamos tratando de hacer algo complicado. Estamos pidiendo a dos países que dejen algunos privilegios que han disfrutado por 22 años, en una posición que nada ofrece a cambio. Confirmó que el presidente Trump busca cambios sustanciales al Tratado y si no los obtiene Estados Unidos se retirará del acuerdo. Ross señaló que los tres países comienzan a abordar los temas más complejos de la agenda, por lo cual las conversaciones probablemente se extenderían hasta marzo.
Estados Unidos solicitó a México y Canadá incluir una cláusula de suspensión del Tratado para su revisión cada cinco años, lo que resta certidumbre a la inversión norteamericana en México y en Canadá. Además propone que los productos que se vendan a Estados Unidos fabricados en ambos países tengan un porcentaje a determinar aún, de componentes estadounidenses para que no causen aranceles. También pidió terminar con los llamados paneles de arbitraje, que solucionan las disputas entre empresas y gobiernos. Todas estas condiciones son inaceptables para México y Canadá, situación que permitiría a Trump salirse justificadamente del Tratado.
México y Canadá exploran otros vínculos comerciales en América Latina. En Colombia se reunieron con Colombia, Perú y Chile, miembros de la Alianza del Pacífico para reforzar el intercambio comercial y ampliar la inversión extranjera en México y Canadá. México está renegociando un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, reforzando sus vínculos comerciales con Argentina y Brasil y acostumbrándose a la idea de un acuerdo con China. Adiós al Tratado.