Populismo, corriente ideológica que reivindica el rol del Estado como defensor de los intereses de la población a través de estatismo, intervencionismo y seguridad social con el fin de lograr justicia social y estado de bienestar. Es usar medidas populares para ganar simpatía de electores aplicando medidas contra el Estado democrático. Su fin es preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas.

La crisis política es una condición necesaria, pero no suficiente. Se requiere una crisis en las alturas de la que emerge y gana protagonismo un liderazgo que se postula alternativo, ajeno a la clase política existente. Explota la crisis articulando demandas insatisfechas, resentimiento político, sentimientos de marginación, con discurso que los unifica; llama a rescatar la soberanía popular presa del enemigo, la oligarquía, responsable del malestar social y político del pueblo.

Los conservadores definen populista a gobiernos que presentan los intereses de la clase económicamente alta, separados y contrarios a los de las clases más bajas, mayoría permanente con intereses que no exigen pluralismo político, destruyendo el disenso político y el crecimiento económico por vía privada. Crea la idea de pueblo como agente histórico, depositario de justicia y moralidad y responsable del cambio social, que confronta a otro que impide el desarrollo. Pretenden que el pueblo, agricultores, campesinos, obreros, pequeños empresarios, el bajo clero, clases profesionales (médicos, maestros, profesores, contables, ingenieros, empleados públicos, etc.) sea quien ostente el poder en Estado democrático, en contra de élites o clases dominantes.

En países menos desarrollados, el populismo lucha contra el hambre, por aumento de impuestos al rico y supeditar el mundo empresarial a la política. En 2014,Peña Nieto y Obama discutieron el término populista. Para Peña, podría “destruir lo construido”, para Obama es “una lucha por la justicia social”. El populismo de derecha identifica a políticos y gobiernos que manipulan para obtener el apoyo popular para poner en práctica políticas de derecha como Trump.

Se cuestiona como populistas gobiernos de derecha y de izquierda: los primeros se identifican con el capitalismo, y los Estados Unidos; los segundos con posición nacionalista, desligada de Estados Unidos. Entre los elementos que hacen que un gobierno no sea populista destaca políticas públicas prudentes y sensatas, y un acercamiento a Estados Unidos.

El populismo es la mejor forma de organización política al dar representatividad a clases relegadas, sin embargo tiene el grave riesgo de la fácil manipulación. De las formas republicanas es la mejor posible porque permite la participación de mayores grupos en la pugna de poder y recursos, sin embargo debe acompañarse de educación y de cultura, de lo contrario se forma un ejército civil que aprueba las decisiones unilaterales de un tirano. El populismo es expresión de la política que enriquece la vida democrática. Sin embargo, ensanchar la base distributiva de la riqueza, acrecienta la desigualdad por repatriación del capital de élites capitalistas. Los populismos adoptan una conducta de simulacro, aparentan defender al pueblo y en el fondo legitiman los intereses de la elite capitalista con la cual se asocian.