A un año de operar, aún no entiendo el papel que desempeña la Consejería Jurídica del Gobierno del Estado.

A la luz de sus resultados, hasta ahora no me queda claro si esa área es apoyo o sólo testigo en la administración en la que se ubica, dado que sus resultados evidentemente no han logrado rebasar los efectos mediáticos.

De la cauda de denuncias ventiladas en medios de comunicación, prácticamente no existe un caso que sustente jurídicamente las acusaciones contra muchos de quienes fueron funcionarios públicos en el sexenio de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, pese a la evidencia de los abusos y evidentes corruptelas de éstos, incluido el propio ex mandatario.

No intento demeritar ni mucho menos el trabajo de su titular, la abogada Tania Contreras. Bienvenida la encomienda otorgada por el gobernador Américo Villarreal, que la faculta para impulsar un castigo a los atropellos políticos y financieros perpetrados en la gestión anterior, pero inmersos ya en el segundo año del actual período nada parece indicar que tales sanciones se concretarán, pese a las reiteradas declaraciones de la Consejera y –no lo dudo– de los permanentes esfuerzos de la misma dama por alcanzar esos objetivos.

Es tiempo de encontrar una explicación a este escenario, en donde sólo parece haber dos posibilidades: Una sería que no existen los elementos probatorios suficientes para hacer pagar a los infractores esas fechorías. La otra, que los abogados de los presuntos culpables son mejores –aunque sea en argucias legales– que los institucionales.

Los dos escenarios son inquietantes. ¿Por qué?

Porque cualquiera que sea la causa, el efecto sería demoledor: Que tras tanto daño al patrimonio estatal, la impunidad de los responsables vuelva a resultar vencedora. Cuidado…

UAT: LA EVOLUCIÓN

No hay por qué maquillar los hechos cuando el objetivo es definirlos en términos de justicia. En este caso, me refiero a lo que es hoy la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Quien esto escribe conoció al Alma Mater estatal cuando su perfil era –lo cual es su esencia– eminentemente docente, pero caminaba con tímidos acercamientos hacia la sociedad en cuanto a su participación en el desarrollo de ésta.

Hoy, me complace ver a la UAT también alineada en casi todas las trincheras: En las económicas, sociales, ambientales, laborales, productivas, empresariales y hasta en la formación de la niñez, lo que habla de una positiva evolución.

Ya es común ver a esta casa de estudios impulsando actividades en esos espacios. Se suman conferencias, cursos, intercambios, simposios y acciones concretas en beneficio de la comunidad, junto a otras instituciones.

Mi rconocimiento a la Universidad y a su actual Rector, Guillermo Mendoza Cavazos, por esa orientación social. En mi opinión, es una excelente manera de devolverle a los tamaulipecos el apoyo que siempre se le ha entregado…

VICTORIA Y LA REGLA DE ORO

Es evidente que en el país prevalecen condiciones económicas adversas, que han impactado y lo siguen haciendo, en estados y municipios en lo que se refiere a las labores ligadas a sus respectivos presupuestos.

En medio de estas complicaciones, me llama la atención que el ayuntamiento de Ciudad Victoria siga adelante con trabajos como pavimentación, alumbrado, saneamiento urbano y en el cumplimiento a sus proveedores. No es seguramente una tarea sencilla mantener ese ritmo, cuando es indispensable el estricto cuidado de las finanzas públicas.

Es evidente que existen rezagos, muchos de los cuales son históricos y se arrastran de tienios anteriores, pero que el alcalde Eduardo Gattás logre conservar esta capital limpia, funcional y en desarrollo pese a las dificultades financieras, es una muestra de que su gobierno aplica la regla de oro de la administración, sea pública o privada:

Obtener los mayores resultados, con la menor inversión…

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