El dueño de Tech Bull, empresa mexicana que vendió a la PGR el malware espía Pegasus en 32 millones de dólares, vive en un asentamiento irregular.
Es quien firmó contrato con Tomás Zerón, ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República. Raúl Olmos, Valeria Durán y Daniel Lizárraga miembros de “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad” ubicaron los domicilios.
Carlos Cayetano, quien en actas es dueño y administrador de Tech Bull, al momento de realizarse la venta de Pegasus a la PGR, aseguró que no sabía de esa transacción y que recibió ni un peso de ganancia.
Grupo Tech Bull se constituyó en 2013 en la ciudad de México, ante el notario Alfredo Ayala. Un año después vende a la PGR el malware espía Pegasus en 32 millones de dólares.
El objeto social de Tech Bull es compra-venta de todo tipo de instrumentos y servicios de seguridad. Equipo táctico y de inteligencia, radares, torres de vigilancia, unidades móviles de video vigilancia y grabación, drones, vigilancia en aeronaves, sistemas para detección de armamento y explosivos; traslado y custodia de valores, e instalación de blindajes.
Tech Bull desde que se creó en octubre de 2013 y hasta que se retiró Cayetano de la administración en noviembre 2014, no hizo ninguna venta. Un año después la PGR firmó un contrato con esa empresa para el servicio de 500 infecciones de equipos celulares con el malware Pegasus, desarrollado por la empresa israelí NSO Group.
El primer domicilio de Grupo Tech Bull fue Homero 538, en Polanco, edificio de oficinas virtuales en el que estaban inscritas dos empresas fantasmas ligadas al exgobernador Duarte. En ese mismo despacho, tenía su domicilio fiscal Zamtria, fundado en Orizaba en 2012. Patricia Ríos, accionista de 12 empresas de la red de Duarte aparece como socia. De acuerdo a correos electrónicos filtrados por Wikileaks, Tech Bull es filial de la compañía Balam Seguridad Privada, creada en mayo 2012 por Asaf Zanzuri, de origen israelí.
Rodrigo Ruiz de Teresa, sobrino del coordinador de Puertos y Marina Mercante de la SCT, Guillermo Ruiz de Teresa, se incorporó como socio de Balam en enero 2013. Ha hecho carrera política de la mano del senador Emilio Gamboa. Balam y Tech Bull acapararon contratos en toda dependencia de seguridad del Gobierno federal, según los correos en los que aparece Rodrigo Ruiz, como director de Balam.
En correo de noviembre 2014, un mes después de haber vendido el programa espía, Armando Pérez describe a Balam y a Tech Bull, la “número uno en la PGR y en la Marina”, con presencia en todos los organismos de seguridad del país. “Nuestros clientes son la Marina, PGR, CISEN, Policía Federal y Procuradurías, incluyendo el Estado de México”.
Detalla la variedad de productos de espionaje vendido al Gobierno, principalmente de origen israelí: “Representamos una gran cantidad de empresas israelíes porque uno de los propietarios, Asaf Zanzuri, es de Israel. “Acabamos de vender a la PGR el sistema NSO Pegasus”.
La empresa Balam tenía un acuerdo con NSO Group sobre el precio que pagarían por 500 infecciones de aparatos de telefonía de personajes que serían espiados, pero la compañía israelí intentó elevar 50% el precio pues se enteró que se había firmado el contrato con la PGR.
La empresa Balam buscó negociar con Hacking Team la compra de un malware similar al de NSO en correo de 29 de noviembre 2014, dirigido a un ejecutivo de una compañía italiana: “Balam Seguridad, uno de los mayores jugadores en el campo de inteligencia en México tiene una urgente propuesta. Se recibió un contrato de PGR México por un sistema de infecciones para móviles basado en 500 agentes reutilizables.
El correo detalla que Rodrigo Ruiz, sobrino del coordinador de Puertos de la SCT, era negociador con la PGR.
La investigación es amplia y compleja. Involucra empresas de membrete creadas para evitar se ubique a los dueños del negocio.
Es un pulpo con varias cabezas y centenares de tentáculos. Duarte no es el socio ganancioso; es una de las varias cabeza que posee el pulpo de la corrupción, que con complicidad e impunidad tiene como negocio a México en los campos público y privado.
Imaginar una red tan amplia es difícil. ¿Cuántas más operan de manera similar en México? Con seguridad no hay asunto público que involucre dinero, ganancia, concesión, compra-venta, usufructo, libre del poder maligno de la corrupción.