La tecnología ha cambiado la manera que tenemos de consumir, desplazarnos y comunicarnos. No hay quien sea capaz de saber con certeza los cambios e innovaciones que durante la próxima década van a modificar nuestro día a día.

La salud experimenta una transformación insólita que está innovando en la forma que tenemos de relacionarnos con los profesionales sanitarios, y que está igualmente haciendo que cada vez seamos más responsables de nuestro propio bienestar, haciendo un seguimiento más rutinario de nuestras medidas corporales, práctica de ejercicio o controles médicos. El futuro de la salud se basará en tres pilares: prevención, personalización y uso de tecnología en todos los procesos clínicos

Debiéramos disfrutar de una medicina holística que mire al paciente en su globalidad, le atienda de forma respetuosa y cercana y que ponga el foco de manera evidente en la prevención, pues dispone de todos los elementos para ello. Gracias a esta tendencia consolidada en Europa, de prevenir la aparición de enfermedades podemos celebrar grandes éxitos: Concientización que existe sobre la detección precoz del cáncer de mama. Reducción del tabaquismo al saber las consecuencias que genera en nuestro cuerpo. Lucha contra el sedentarismo a través de la práctica de ejercicio. Reducción del consumo de alcohol y drogas en jóvenes. Lucha activa contra la obesidad infantil y los alimentos azucarados que la provocan.

Todas estas acciones se soportan por medidas legales que reducen o limitan de manera clave los hábitos de salud erróneos. Contamos con más de 17 mil aplicaciones para móvil que monitorizan todo tipo de hábito y ofrecen útil información sobre el descanso, la actividad física, la evolución del peso o nuestras constantes vitales.

A las apps, sume las pulseras inteligentes y parches dérmicos que a través de la tecnología ayudan a combatir enfermedades como diabetes, Parkinson, hipertensión arterial. Hay que añadir la vídeo-consulta, que a través del móvil o de la tablet ponen en contacto a médicos, psicólogos o entrenadores personales con sus pacientes; facilita el seguimiento de los tratamientos y evita desplazamientos innecesarios. Muchos hospitales ofrecen el ingreso en domicilio, haciendo seguimiento del paciente en su casa, evitando riesgos que los ingresos hospitalarios generan, loable en especial en los pediátricos por esta medida que mejora la recuperación de los más pequeños en su hogar.

¿Qué nos depararán los próximos años en avances en la salud? Líneas en las que ya se están trabajando son: Terapia génica. Biopsia líquida: gracias a la cual podremos a través de la sangre obtener resultados fiables sobre células tumorales. Cirugía robótica. Construcción del primer atlas celular: mapa de 37,2 billones de células descifradas. Big Data: uso de datos para ejecutar tratamientos más efectivos frente a patologías. Reducción de la radiación para un diagnóstico preciso. Tecnología para el diagnóstico precoz de enfermedades como el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas

El futuro de la salud se basará en tres claros pilares: prevención, personalización y uso de tecnología en todos los procesos clínicos. Y como concusión podemos ser optimistas ante un futuro que sin duda nos ayudará a vivir más años, con mayor bienestar y de una forma más saludable.