Los partidos lo mismo que los poderes del Estado están empeñados en la idea de que tener el control de los organismos electorales, es el garante principal por el que se ganan las elecciones, aunque no se descarta que los entes electorales abonan a este fin, quizá por ese motivo los ciudadanos se mantienen escépticos de la transparencia del quehacer de los organismos electorales.
La falta de experiencia y la inmadurez para trabajar a dos fuegos de Eduardo Hernández Anguiano, metió en una profunda crisis al Instituto Estatal Electoral y los partidos satélites como siempre se dividieron a los dos gigantes favoritos de este momento político.
En su casi 24 años de creado el organismo electoral sus consejeros, no había padecido una parálisis similar a la de los tiempos actuales. Quizá porque en otros tiempos se combinaba la experiencia con la juventud y la capacidad intelectual de algunos de los consejeros del pasado.
En el que sí bien, eran tiempos de excesos del priísmo más “rancio” como el de los ex gobernadores Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington Ruvalcaba lo mismo que Eugenio Hernández Flores, sin embargo, se busca un cierto decoro para designar muy a su estilo, pero se conservaban los contrapesos correspondientes.
Los izquierdosos tenía a sus consejeros, los persignados también, al igual que los tramposos. Los consejeros de periodos anteriores se caracterizaban por ser heterogéneos pero aún con esas características, no obstante dieron resultados extraordinarios, sobre todo en el renglón de la credibilidad.
Quien no recuerda las ponencias del doctor Rhi Sauci, o el comportamiento mensurado de contador Enrique Etienne Pérez del Río y el equilibrio contrastante del contador público De los Santos Fraga.
También hubo figurines como Ricardo González de la Viña o José Angel Solorio, pero al menos estos buscaban “sazonar” el desarrollo de las sesiones de Instituto Estatal Electoral. Pero los consejeros actuales se mostraron “planchados” como en las cámaras de legisladores mexicanas.
La nueva presidenta del organismo electoral será la flamante consejera Tania Gisela Contreras. La misma que tuvo a su cargo la coordinación de los trabajos legislativos en la última legislatura donde el PRI fue mayoría.
No es porque haya sido mi alumna, pero es una mujer demasiado inteligente, quizá su merma principal es su juventud. Será por lo mismo la presidenta más joven del Instituto Estatal Electoral. Pero además se advierte que será ejemplar ya que además de ser conocedora de las leyes. Su nombramiento no obtuvo por su alto puntaje en el examen de oposición. En la puja se quedó vestida y alborotada la consejera Nohemi Arguello Sosa, esposa de Juan López Aceves, ambos son panistas hasta la cachas.
Aunque el puesto de consejero presidente requiere más de la pericia política que de los conocimientos adquiridos en diplomados, maestrías y doctorados. Deberá cuidarse de Eduardo Trujillo Trujillo, que es más chismoso que los chismosos de Ciudad Victoria.
Pero por lo mismo, puede ser que su futuro sea incierto en el territorio tamaulipeco, sobre todo porque estaba bien visto que desde su llegada le había echado el “pial” a su tocayo Eduardo Hernández Anguiano, pero además no es bien visto por la militancia de los partidos que contienden.
Lo que queda claro, es que las elecciones locales y federales volvieron al centralismo feroz de los tiempos del ex presidente Carlos Salinas de Gortari y Gustavo Díaz Ordaz. Y por lo mismo no espere nada bueno del Instituto Nacional Electoral. Es el causante de todos los males en Tamaulipas.
Mi condolencia para Francisco García Juárez coordinador de comunicación del gobierno del Tamaulipas, por la lamentable pérdida de una de sus apreciables hermanas.