En mis tres colaboraciones anteriores hemos visto que: (1) En los últimos años la inversión extranjera directa (IED) en la industria manufacturera (principalmente: equipo de transporte y equipo de computación y comunicación) de Tamaulipas ha sido el motor de crecimiento económico del estado; (2) para atraer mayor IED e incrementar las exportaciones de dichos subsectores es necesario contar con una política industrial estatal que promueva la competitividad a nivel nacional e internacional; (3) hay que aprovechar la política industrial impulsada por el gobierno federal, la cual considera cinco sectores estratégicos, en particular, dos en los que Tamaulipas cuenta con una alta competitividad: eléctrico-electrónico y electromovilidad.

A fin de alinear ambas políticas industriales, dar seguimiento puntual y acelerar el crecimiento de los sectores arriba mencionados, sugerí la integración de un grupo de alto nivel  en el que participe el gobierno estatal y los gobiernos locales, la academia y la iniciativa privada para: (1) Facilitar la transición de las empresas tamaulipecas a la llamada cuarta revolución tecnológica; (2) elevar el contenido nacional de lo producido en nuestro estado; (3) transformar el sistema educativo de Tamaulipas para preparar a las y los jóvenes para la nueva economía del conocimiento; (4) capacitar y actualizar a trabajadores y Mipymes y (5) digitalizar los trámites burocráticos para facilitar la creación y formalización de empresas.  Todo ello en el contexto del plan del gobierno federal para fomentar en la frontera norte: la transformación de la industria automotriz y de autopartes a las tecnologías de cero emisiones y la relocalización de empresas de alta tecnología (sector eléctrico-electrónico).

¿Cuál es el potencial de Tamaulipas en los otros sectores que también son estratégicos para la política industrial del gobierno federal, propuesta por la Secretaría de Economía (SE) en el documento “Hacia una política industrial”: agroalimentario, servicios médicos y farmacéuticos e industrias creativas?

Habría que empezar poniendo en contexto a estos tres sectores con los datos que proporciona dicho documento: México es el octavo exportador mundial de productos agroalimentarios y el segundo exportador a los Estados Unidos, además, se trata de una industria clave para lograr la seguridad alimentaria del país.  En 2020 las exportaciones de servicios médicos y farmacéuticos se incrementaron 11% respecto al año anterior y en los últimos cinco años aumentó en 86% el empleo generado por este sector, todo ello a pesar de la pandemia.  Las industrias creativas representan el 3% del PIB nacional y actualmente generan 1.2 millones de empleos, además, México es uno de los países más competitivos en el subsector fílmico en América Latina y cuenta con las condiciones para convertirse en líder regional.

En Tamaulipas, el sector agroalimentario ha venido decreciendo en términos de su aportación al PIB estatal, que en 2015 representaba el 3.3% y para 2019 sólo el 2.9%, según datos de INEGI.  Aún así, en 2017, nuestro estado fue el primer productor nacional de cebolla, para consumo nacional y de exportación (Estados Unidos y Canadá) y en los últimos 3 años ha sido también el principal productor de sorgo en México.  INEGI no presenta datos desglosados para lo que agrupa en “servicios de salud y de asistencia social” que, entre 2015 y 2020, crecieron 11.6%, crecimiento que se puede explicar en parte a la derrama económica que dejan los norteamericanos que se atienden con médicos mexicanos en las ciudades fronterizas tamaulipecas.

En lo que respecta a las industrias creativas, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) las define como “entidades que producen o que son capaces de producir obras sujetas a ser protegidas por derechos de autor, ya sea en bienes o en distribución, lo que significa que se integran por creadores, productores y distribuidores; la gama es muy amplia, pero el gobierno federal considera estratégicas sólo las siguientes: industria fílmica y televisiva, videojuegos, entretenimiento en vivo, plataformas virtuales y moda.  De estas seis, me parece que Tamaulipas tiene un cierto potencial en al menos la industria fílmica y el desarrollo de plataformas virtuales, pues el resto se desarrollan principalmente en grandes zonas metropolitanas como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara.

Países como Corea, Reino Unido y Argentina, entre otros, han desarrollado en los últimos 20 años una agresiva agenda para impulsar sus respectivas industrias creativas. México cuenta con un enorme potencial que lamentablemente no fue impulsado en los últimos sexenios con una política pública puntual, por lo que celebro que el presente gobierno federal incluya a las industrias creativas como uno de los sectores estratégicos para lograr crecimiento económico incluyente y sostenible.

Al margen de resolver la seguridad del estado, no sólo para atraer inversión extranjera sino porque es una prioridad para todos los tamaulipecos, nuestro estado cuenta con lugares únicos que podrían ser sets ideales para grandes filmaciones.  En cuanto al desarrollo de plataformas virtuales, cuentan con un gran potencial si se aprovecha la cercanía con nuestro poderoso vecino del norte: Texas, cuyo tamaño económico es similar al de Brasil, doceava economía del mundo. Las Mipymesnorteamericanas tienen una serie de necesidades por resolver que en su país salen muy caras, por lo que están dispuestas a explorar posibilidades en México.

Para el desarrollo de estos tres sectores (agroalimentario, servicios médicos e industrias creativas), Tamaulipas necesita invertir básicamente en dos conceptos fundamentales: (1) transformar el sistema educativo, para que todos los tamaulipecos cuenten con una sólida formación en matemáticas, ciencias e inglés, entre otras materias prioritarias, pero también para que participen en programas de intercambio en universidades y/o empresas texanas, a fin de adquirir conocimiento y experiencia relevante y generar redes de contactos que eventualmente pueden evolucionar a grandes negocios (2) conformar un grupo especial de promoción de negocios con un equipo compacto de personas serias, preparadas y comprometidas con el desarrollo de Tamaulipas (no con el desarrollo de negocios personales), que puedan identificar oferta tamaulipeca (o las oportunidades para desarrollarla) y “casarla” con la demanda a nivel nacional e internacional, dando prioridad a Texas.

Lo anterior facilitaría que Tamaulipas aprovechara al máximo lo que el gobierno federal propone para dichos sectores: (agroalimentario) promover la conexión de productores agroindustriales con las cadenas logísticas globales, así como favorecer una agricultura regenerativa y orgánica y la producción de alimentos sustentables, trazables y saludables; (servicios médicos) desarrollar proyectos de emprendimiento e impulsar el turismo de salud en los estados que ya cuentan con flujos turísticos, como es el caso de nuestras ciudades fronterizas; (industrias creativas) desarrollar lotes e infraestructura de filmación con tecnología avanzada y coordinación con compañías productoras y formar y capacitar a profesionistas y estudiantes relacionados con la industria fílmica. A este último punto añadiría lo que me comentan quiénes conocen la industria: implementar lo que ya hace Colombia, España y algunos estados norteamericanos, el “Taxrebate”, es decir, devolver a la productora que realiza un filme en México, un porcentaje del total de lo que gastó en nuestro país (casi siempre alrededor del 30%), a fin de atraer grandes producciones que generan empleos y derrama económica.

Con esta entrega concluyo una serie de artículos que esbozaron la situación económica en Tamaulipas y su perspectiva, a la luz de la política industrial impulsada por el gobierno federal.  Sin embargo, es necesario un análisis a profundidad, en el que participe el Colegio de Economistas de Tamaulipas, las escuelas de economía del estado y reconocidos académicos tamaulipecos para asegurar un debate del más alto nivel, considerando siempre el máximo interés de la nación.

La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión