Ahora que el PAN confirmó que irá en coalición con el PRI y PRD en la amalgama electoral que conocemos como “Va por Tamaulipas”, la pregunta es de qué color será el candidato. El hecho de que la corriente azul es la que presenta mayor fortaleza partiendo de los resultados de los comicios recientes se puede pensar que será una carta panista, sin embargo no está dicha la última palabra, o por lo menos no se ha hecho público el acuerdo interno entre las dos principales fuerzas.
La cuestión es que ya van desfasados los tiempos, porque de los 14 días de precampaña ya transcurrieron tres días, en virtud de que esta etapa inició el pasado domingo 4 de diciembre, y sólo serán 50 días de campaña para recorrer los 43 municipios. Es obvio que el trabajo de proselitismo va a concentrarse en los 9 de mayor tamaño, no de superficie, sino de población con edad de sufragar.
En ese sentido, el 86 por ciento de la lista nominal se encuentra en Reynosa con 19.77 %, Matamoros 15.28, Nuevo Laredo 11.87 %, Victoria 9.28 %, Tampico 9.20 %, Altamira 6.42 %, Madero 6.29 %, Río Bravo 3.87 %, Mante 3.17, Valle Hermoso 1.73,. Y ahí están los votos necesarios para ganar la elección senatorial del próximo 19 de febrero de 2023.
A partir de ahí en orden decreciente están San Fernando, González, Aldama, Tula y Miguel Alemán, donde el primero de este paquete tiene el 1.42 por ciento de la lista nominal; el último municipio fronterizo citado aporta el 0.77 % de electores. Son 33 municipios menores en votantes y los tres que menos sufragios pueden aportar teóricamente, son Mainero y Palmillas con el 0.07 cada uno de ellos, el último de la lista es San Nicolás con 0.04 % de votantes potenciales.
Hoy los partidos tienen que recurrir a una nueva estrategia, que puede consistir en depositar en los partidos políticos municipales de los 33 puntos geográficos con menos población, la promoción del voto a favor de los candidatos a senador.
La redes pueden funcionar si tienen una estructura de contactos y que la hayan mantenido activa, lo cual difícilmente ocurre, sólo cuando vienen una campaña se interesan en “relanzar” una estrategia que debiera ser permanente, y para mantener la atención de los ciudadanos, se tiene que manejar temas que sean importantes para él, y no sólo llamarlos para su desempeño frente a una urna electoral.
En síntesis, esta será una campaña muy diferente, con tiempos acortados, 50 días en lugar de 90; con interés focalizado en menos de la tercera parte del territorio, pero donde están concentrados el mayor número de votantes.
Es sin duda un reto diferente que les puede heredar buenas experiencias para aprovecharlas en los comicios de 2024, cuando en Tamaulipas se estarán eligiendo 43 alcaldes, 36 diputados locales (22 de mayoría y 14 plurinominales), 8 diputaciones federales (ahora son 9) más los pluris, así como 2 fórmulas de senadores, más un tercero como primera minoría, además de votar por el próximo Presidente(a) de la República.
LA HOJA NEGRA DE LOS SUBEJERCICIOS PRESUPUESTALES
Ahora que el gobernador Américo Villarreal se refirió a los subejercicios en clara referencia a los alcaldes que no aprovechan la disponibilidad presupuestaria en este caso de casi cinco mil millones de pesos perdidos, es un tema de interés y pendiente de resolver.
La pregunta es por qué ocurren, y todo indica que además de negligencia, en la mayor parte de los casos son las limitaciones de los funcionarios para cumplir o construir los caminos de entendimiento y hacer aterrizar las inversiones acordadas, protocolizadas, que cuentan con un compromiso formal de ejecución y por alguna razón no se efectúa el proyecto.
Les narro un caso el de la Universidad Politécnica de Victoria, cuando se iba a construir el primer edificio, ya que laboraba en un domicilio provisional, resulta que a pesar de que estaba aprobado el recurso la obra no se realizaba, pasaron los meses y eso preocupó a la entonces rectora, María de los Ángeles Vilchis (QEPD) y trató de conectarse con la central nacional del CAPFCE (Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas) pero sin éxito.
Hasta que al fin, a través de la entonces delegada de la Sedesolfederal en Tamaulipas, Lucirene Alzaga Madaria, consiguió una audiencia con Ernesto Cordero Arroyo y éste la canalizó con el Director de Proyectos del organismo constructor de escuelas y se detectó el problema.
La obra no se iniciaba porque los estudios de mecánica de suelo que presentó el Gobierno de Tamaulipas eran de cuatro metros de profundidad y de acuerdo a las reglas que tenía el CAPFCE nacional, dicho estudio debía ser de 8 metros. Se obtuvo una dispensa basada en un dictamen técnico que estableció que no siendo zona sísmica y edificios de dos plantas, era suficiente el de 4 metros, y asunto arreglado, se inició de inmediato la construcción del edificio.
Si la rectora Vilchis no hubiera tenido el contacto que le gestionó la audiencia, lo más probable es que por lo menos ese año no se hubiera realizado la obra y habría caído en un caso de subejercicio.
Es falta de información, ausencia de conocimientos o preparación la causa principal que genera los subejercicios, entre más pequeño sea el municipio debe ser peor. Pero aún en los grandes ayuntamientos no siempre tienen a los elementos humanos con la formación adecuada. No vendría mal un asesoramiento o capacitación como la están impartiendo en las áreas de administración.