Pareciera que el evento epidemiológico pandémico que estamos padeciendo, quiere arrebatarle al mundo la esperanza, pero la ciudadanía global no está dispuesta a resignarse a tan importante hecho, si bien existen lamentos por las pérdidas de vidas y clamores de inconformidad  por el manejo, la mayoría de la población ha sido sensibilizada positivamente y está dispuesta a luchar activamente para evitar que se prolongue más tiempo esta calamidad  y están acordando atender lo que serán las dos vertientes principales para  restablecer las condiciones que garanticen la viabilidad en el planeta, una de ellas, dirigida estratégicamente, para despertar las conciencias sobre la importancia del autocuidado a la salud, y la otra, sobre la promoción de prácticas para preservar la salud del planeta; de hecho, el proyecto Nueva Era, Nueva Vida, que surgió de un sueño personal, que evidencia elementos  un tanto proféticos, se basa en la alerta que desde hace años están emitiendo los organismos especializados en viabilidad planetaria, esto, debido al daño perenne  que el hombre causa a la tierra y a su propia especie.

Con la pandemia, la ciudadanía en general, pasó de la incredulidad, al asombro, de éste al miedo, después a la ansiedad y depresión, que hasta la fecha ha mantenido a la humanidad, con un muy bajo índice de vibración positiva, misma, que bloquea nuestro sistema inmunológico para mantener su eficiencia y eficacia contra los virus y demás agentes productores de enfermedad.

Estando ya muy próximo el año 2022, los propósitos de la humanidad se empiezan a consolidar en un sólo propósito común, de ahí que los líderes mundiales habrán de pronunciarse a favor de políticas tendientes a  estabilizar todos los sistemas que intervienen en la sustentabilidad mundial, y si bien podrá persistir la desigualdad económica, esta se verá obligada a establecer procesos para mejorar el bienestar de las comunidades más marginadas hasta llevarlas a un grado de sustentabilidad óptimo para vivir con dignidad y sin apremios.

El Gran Árbol  de la Vida ha terminado de soltar las hojas del pasado, y está en curso la renovación, a través de los nuevos brotes de vida y de la salud, la renovación incluirá el fortalecimiento de los valores éticos con una sólida base espiritual emanada del Gran Arquitecto del Universo, cuyo aliento se dirige a nuestro planeta y pide a la humanidad que abra su corazón para que entre y se establezca la semilla del amor por el prójimo.

Lo anterior es un sueño con propósito común, quien mantenga su sordera y ceguera espiritual, no le alcanzará el tiempo para arrepentirse y ser salvado.

 

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