Una vez que fue electa e instalada la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional el escenario es propio y favorece a Enrique Cárdenas del Avellano, el junior de Don Enrique Cárdenas González, habría acordado desde el año anterior una sucesión pactada con el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, aunque en política nada está escrito ni es para siempre.
Sin embargo, resulta cómodo para el panismo estatal ceder dos años el poder al Junior de Don Enrique, pero recuperarlo el mismo en los siguientes 6 años. Son futurismo pero así es en el mundillo político, pero dejar pasar la posibilidad de ser 2 años gobernador y no ser algunas vez resulta frustrante. Pero como decía Don Enrique, caminando la carreta se acomodan las calabazas, por lo mismo habrá que esperar si no hay otra presión que seguramente la habrá de parte de los protagonistas de la cuarta transformación, que para empezar son amorfos, y sin forma, es nada lo que buscas transformar.
Lo cierto es que Quique Cárdenas Junior ya trae como “perro” en periférico a Edgardo Melhen Salinas, nuevo dirigente del PRI en Tamaulipas, que conoce bien, bien que conoce al grupo delincuencial que le mete ruido a Reynosa y, que provoca lo mismo bloqueos que balaceras de día y de noche. Que ha convertido a Reynosa en una de las donde si bien hay trabajo y una derrama económica respecto otras ciudades de la entidad, donde la actividad primaria, secundaria, tercearia y de servicios no alcanzado las metas de sus habitantes ni de sus gobiernos.
Cárdenas del Avellano ve cristalizado en el gobierno de García Cabeza de Vaca, el sueño que no pudo ver su padre, Don Enrique. SÍ aquel que vendía tractores e implementos agrícolas, a quien según publicaciones del Periódico El Heraldo de Victoria y en particular la columna de Aceves Carmona. Quien subraya en la década de los años 40 del siglo anterior, que en los tiempos de la bonanza del Henequén el propietario del plantel Victoria y del Banco de Victoria, que se ubicaba en el 9 y 8 Hidalgo, en la primera planta, donde por décadas tuvo sus oficinas el Seguro Social.
Aunque desde el 2016, Cárdenas del Avellano le lanzo un “sable” político a García Cabeza de Vaca, según planticas de Enrique, le habría dado luz verde para que busque el anhelo de su vida, la nominación del PRI para convertirse en candidato oficial. Por ese motivo era importante que Edgardo Melhen Salinas llegará a la dirigencia priísta y no Tomás Gloria Requena que representa a un aspirante contrario a Cárdenas del Avellano.
Melhen Salinas es hijo de Moíses Melhen Kuri, el mismo que durante la administración de Cárdenas González, se convirtió Cacique de la Ex Hacienda La Sauteña -pero Melhen para nada que haya sido hacendado o descendientes de estos- hoy conocida como la Ciudad Fronteriza de Río Bravo. No es de la misma descendencia de los dueños de La Sauteña, no obstante a traer sangre Árabe
El escenario huele a traición, la traición del – Melhen- cocinero que está al olfato. Que siempre ha sido un segundo en los cargos que ha ocupado. Y que es la primera vez que se elige como dirigente ya que los tiempos de liderazgos no están de moda, además su mente es de servil y de obrero, de gato, más no de patrón. Sin embargo habrá que esperar que fue lo que pacto con Quique y sobre todo que fue a lo que se comprometió con García Cabeza de Vaca -la mera vena hoy por hoy en Tamaulipas. Al final tendrá el roce y el control de un partidillo en la lona y no en su época de partidazo.
Cárdenas del Avellano debe entender bien que Edgardo viene a acomodarse para hacerse de una posición y ponerse a modo con el gobernador, pues el PRI carece de una situación boyante, pero los tiempos son propios, para hacer un negociazo. Y bien puede ser trabajar desde el PRI para el panista Gerardo Peña Flores migo y “hermano” de Los Vaca, lo propio haría Melhen Salinas vender el cargamento antes de llegar la Puente. Y le entregaría a Cárdenas el carretón vacío. A Los Cabeza les daría el carro completo. Es decir, dejara colgado a Quique como lo dejaron Tomás., Eugenio y Egidio quien incluso fue su suplente, cuando se fue en busca de una diputación federal, pero al final le gano la partida y lo dejo como dicen en el llano; Chiflando en la Loma.
Es decir “vender el cargamento de votos” que no tienen pero que por los posiciona y así los hace parecer. Pues el PAN, es decir el Cachorro -perdón El Benjamín- , el Gobernador dejaron de ver al Revolucionario Institucional por no confiables. Y solo tienen ojos para MORENA, que trae toda la intención y la inercia del triunfo de la elección del 2018, que a juicio de la Vocalía del Instituto Federal Electoral en Tamaulipas, es la elección más importante de la historia, es decir supero a la elección del panista Vicente Fox.
Pero ambos y Quique y Edgar quieren estar en la puja por la gubernatura y los más seguro es que ni obtengan los votos de su familia, más lo que se advierte es la búsqueda de que los necesitan y, en la recta inicial del proceso convertirse en la mejor presa para el Partido Acción Nacional, aunque el duo de priistas buscan que les digan “dónde quieren que firme para embolsarse un billete que vean sus nietos y tataranietos gasta la cuarta o quinta generación, no obstante que el PAN no es generoso.
Pero además Edgardo Melhen Salinas, es un jodido que por primera vez es dirigente o presidente de alguna organización, dependencia, pues en su trayectoria los puestos que ha ocupado es de segundón y lo más propio es que se vuelva loco con el cargo que le dieron. Basta recordar que en la puja por la candidatura de gobernador en el 2016, sentía que las alas le habían crecido, pero resulto como dice al refrán popular, “es un vil pájaro nalgón que al volar le pesa el buche”, lo cual no le quita sus aspiraciones ya que su corazón sigua latiendo.