Hay un problema que Gramsci detecta y desarrolla en sus Cuadernos de la cárcel y que solamente décadas después fue sistematizado por los estudiosos de su obra, y que se conoce como el de la ‘revolución pasiva’ y el ‘jacobinismo a medias’. El diputado con licencia Gerardo Fernández Noroña es alguien que me hace pensar en todo esto, razón por la cual el suyo me resulta ser un perfil tan interesante y necesario; porque “Noroña” (como es conocido por sus seguidores, aunque también por sus detractores) representa para mí a un jacobino en toda regla.
El término de ‘revolución pasiva’ lo recoge Gramsci de otros autores para señalar el problema que aparece en el momento de las grandes transformaciones políticas de la historia conceptuadas como revoluciones, principalmente la francesa de 1789, el canon de toda revolución política en un sentido moderno.
Una ‘revolución pasiva’ era para Gramsci aquella situaciónen la que, en medio de la dinámica de revuelta social, demandas populares y liderazgo y conducción del proceso político, “el pueblo no se une al grupo de republicanos jacobinos que la dirigió porque éstos no supieron entender cuáles eran sus aspiraciones y tampoco fueron capaces de hacerle comprender en qué consistía su proyecto revolucionario”.
La ‘revolución activa’ sería entonces la situación en la que se da una fusión del pueblo y la dirección política con un nivel muy alto de conciencia y politización que hace más intensoel proceso revolucionario en cuestión, dado que las demandas son comprendidas e interpretadas correctamente por la dirección, y los cambios y soluciones son llevados a la práctica de manera efectiva, creando como consecuencia un nuevo estado de consciencia histórica a nivel de masas populares.
En una ‘revolución pasiva’, en cambio, las demandas populares son “secuestradas” por la clase dominante para mantener así el “status quo” en favor suyo con el suministro administrado de pequeñas reformas timoratas, ante la impotencia de la dirección política revolucionaria que no alcanza un grado suficiente de jacobinismo y liderazgo intelectual y moral.
Para nosotros, un caso nítido de ‘revolución pasiva’ fue la consumación de la independencia con Iturbide en 1821, proceso que, como se sabe, se dio como precipitación conservadora de una independencia que se le arrebató al liberalismo de Cádiz durante el trienio liberal (1820-1823),mientras que la Reforma de Juárez puede acaso ser interpretada más o menos como una ‘revolución activa’ (y una suerte de “recuperación jacobina” del liberalismo, precisamente), sobre todo si nos atenemos a la forma en que un Guillermo Prieto tradujo todo ese proceso en sus escritos literarios, periodísticos y políticos.
Pues bien, desde que yo tengo registro de él (siempre con un libro en la mano), Gerardo Fernández Noroña ha sido un dirigente al mismo tiempo social y político vehemente y febril de espíritu literalmente jacobino, precisamente, con una radicalidad definitiva y necesaria a la hora de interpretar, traducir y representar las demandas populares que, a través suyo, se transforman en discurso encendido y elocuente que hacen más apasionado el debate político de la nación. Por eso es que sus posturas, su valentía y su elocuencia llena de cólera civil y de coraje patriótico son tan necesarias para la salud de toda sociedad política en general, así como también lo son en particular para el contexto puntual de una transformación política de envergadura como la presente, en la que esa radicalidad funge precisamente como una suerte de “radical libre” que cataliza las dinámicas políticas para evitar, podríamos pensar, que se incurra en una ‘revolución pasiva’ antes que, mejor, en una ‘revolución activa’ en el sentido dicho.
Originario de la ciudad de México (1960), Noroña es licenciado en Sociología por la UAM Azcapotzalco, donde suponemos adquirió lo que hoy lo caracteriza: pasión por la política, la militancia social y su vehemencia por la lectura; pasión esta última que nos ha tocado atestiguar de manera directa al verlo conducir el Consejo Editorial de la Cámara de Diputados, a través del cual ha promovido la distribución gratuita de obras impresas en los talleres gráficos de San Lázaro en las principales ferias del libro a lo largo y ancho del país.
Fue candidato externo por el Partido Mexicano Socialista para una diputación federal en 1988, y líder fundamental de la Asamblea Ciudadana en Defensa de los Deudores de la Banca, surgida a raíz de la devastadora crisis económica de los 90 del siglo pasado en México.
Militando siempre del lado de las causas y las demandas y problemas populares de los que ha querido ser el más fiel intérprete y representante, se describe a sí mismo en su cuenta de Twitter @fernandeznorona como “Político, luchador social, activista, lector, librero y libérrimo”. Gerardo Fernández Noroña fue fundador del Partido de la Revolución Democrática, partido del que se deslinda definitivamente en noviembre de 2008 para mantenerse como un “radical libre” –siguiendo con la analogía– dentro del bloque de la izquierda nacional (no milita en Morena), habiéndose sumado a las filas del Partido del Trabajo para ocupar desde ahí una curul como diputado federal en tres ocasiones.
Referente de la resistencia y la desobediencia civil en México; sui generis Youtuber que ha creado una corriente de seguidores ciertamente sorprendente; político de carácter espartano que lo recordamos en sus inolvidables y valientes denuncias en tribuna a funcionarios sumidos en la corrupción dentro de los cuales, por cierto, destaca uno quese encuentra sometido a juicio en EEUU ni más ni menos que por narcotráfico; Noroña ha solicitado recientemente licencia como diputado federal de la LXV para sumarse al proceso interno mediante el que será electo el abanderado del bloque Morena-PT-PVEM para la presidencia de la república.
Quizás los resultados de la encuesta de finales de agosto nos den una sorpresa respecto de su posicionamiento al interior de ese bloque, circunstancia que nos permite calcular perfectamente que seguiremos contando con Noroña dentro del grupo de republicanos jacobinos que habrán de seguir formando parte de los líderes de la llamada 4T, para la que se auguran varios años por delante, según todas las encuestas disponibles a la fecha.
Lo invito, estimado lector, lectora, a buscar en youtube los debates letrados e inteligentes del Diputado con licencia, Gerardo Fernández Noroña, pues podrá usted no estar de acuerdo con sus posiciones, pero ello no es en detrimento de la capacidad en tribuna de uno de los mejores oradores que ha visto San Lázaro en este siglo.
* Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.