Claudia Sheinbaum (1962) es la primera mujer que ha llegado a gobernar la ciudad de México por elección, y por tanto podría ser también la primera en gobernar el país, aunque primero deberá ganar la interna de Morena. Varias veces he llegado a escuchar algunas discusiones alrededor de la cuestión de si estábamos listos los mexicanos para tener a una mujer en la presidencia: siempre me pareció irrelevante, porque desde luego que lo estamos, basta ver a las 9 gobernadoras electas desde 2021. Afortunadamente, al ir pasando el tiempo esa duda absurda se fue disipando, y  creo que ya nadie serio se plantea hoy esa discusión.

En todo caso, ya he dicho aquí en otras ocasiones que, por lo menos desde la perspectiva de mi generación, yo nunca me he sentido en desventaja en nada, y la enseñanza de mi padre y de mi abuelo fue más bien la del deber de centrar mi atención y mis esfuerzos en la adecuada comprensión de los grandes problemas nacionales, en privilegiar el enfoque histórico de la política y en abrazar siempre las causas justas, tomando en cuenta el hecho de que ambas cosas tienen siempre –y en esto la enseñanza es más bien la de la revolución mexicana– un componente popular o “nacional-popular”, como diría Gramsci.

En ese sentido, recuerdo una entrevista con Sabina Berman (que por cierto ha entrevistado a todos o casi todos los precandidatos del bloque gobernante, y todas las entrevistas valen muchísimo la pena), en la que la doctora Sheinbaum hizo una afirmación que me pareció bien interesante, pues al preguntarle Sabina sobre si era feminista, su respuesta fue: “soy feminista y soy ambientalista, pero las dos cosas están subordinadas a un proyecto nacional”.

Además, la Dra. Claudia Sheinbaum sería también el primer liderazgo surgido del movimiento estudiantil de izquierda y de la UNAM con posibilidad de alcanzar posición tan importante. Obviamente que otros presidentes de México han pasado por las aulas de la UNAM, pero sólo por ellas; es decir, que no han estado ahí desde la perspectiva de la lucha político-social de la misma forma en que lo hicieron quienes participaron en los movimientos históricos del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), que fue el caso precisamente de Sheinbaum.

Y no nada más eso, sino que su familia misma es cien por ciento universitaria pues es hija del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo, razón por la cual ha sido siempre enfática en señalar su perfil científico y académico.

Es licenciada en Física, maestra en Ingeniería de la Energía y doctora en Ingeniería Ambiental, todo ello cursado en su alma mater además de haber realizado una estancia de investigación doctoral en el Lawrence Berkeley National Laboratory, asociado a la Universidad de California en Berkeley.

Participó desde muy joven en los movimientos de izquierda de los 80’s, como el mencionado CEU y la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).  Desde esas coordenadas de militancia y formación, Sheinbaum ha sido secretaria de Medio Ambiente en la administración de López Obrador en el GDF de 2000 a 2006 y vocera de su primera campaña a la presidencia; posteriormente fue encargada de la Secretaría de Defensa del Patrimonio Nacional del llamado Gobierno Legítimo de AMLO para participar luego en la constitución del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como Asociación Civil en 2011. De 2015 a 2017 fue jefa delegacional de la hoy alcaldía de Tlalpan y, en 2018, se convierte en la primera Jefa de Gobierno de la ciudad con más hispanohablantes del planeta.

Desde el Palacio del Ayuntamiento de la ciudad de México ha logrado Sheinbaum dar continuidad a la plataforma de gobiernos de izquierda que desde la última década del siglo XX al día de hoy hizo de esta ciudad su base histórica, dándole prioridad a proyectos socio-culturales como el programa PILARES, articulado a la ya histórica red de FAROS, además de infraestructurales como el Cablebús, el parque lineal del Gran Canal (Alcaldía Venustiano Carranza) y el trolebús elevado, entre otras obras públicas en el oriente de la ciudad.

Por otra parte, durante la pandemia de covid-19, logró imponer su visión científica en la gestión de la crisis, pues la Dra. Sheinbaum recomendó portar (y portó siempre) cubrebocas, apegándose a los criterios de la OMS, a diferencia de lo recomendado por el Dr. López Gatell (Subsecretario de Salud y vocero del gobierno federal durante la pandemia) con quien se confrontó en otras decisiones relativas al tema.

La mujer, la universidad y la izquierda son tres ideas en las que pienso cuando veo la trayectoria de Claudia Sheinbaum. La nación está por definir si ese es el enfoque más adecuado para conducir al Estado, velar por la salud de la república y darle continuidad a un proyecto que dio inicio en 2018.

*La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión