Soy fuerte, porque tengo la capacidad de analizar lo que me conviene o no me conviene, porque en base a mi conocimiento y experiencia, puedo tomar buenas decisiones.
Soy fuerte, porque conozco mis derechos y sé defenderlos cuando estos son violentados por personas que temporalmente, por azares del destino, ostentan una posesión de autoridad a la cuál denigran con su comportamiento y su falta de moral.
Soy fuerte, porque sé reconocer cuando me equivoco y sé pedir perdón a aquellos a los cuales involuntariamente dañé.
Soy fuerte, porque sé el valor que tiene la dignidad en la integridad de las personas, por ello, respeto a todo aquél que dignifica su persona, y con ello dignifica a su familia, su trabajo, su pensamiento e ideología política.
Soy fuerte, porque reconozco la responsabilidad y trabajo todos los días para hacer de nuestra sociedad una comunidad democrática, justa y equitativa,
Soy fuerte, porque sé respetar y honrar a aquellos que se sacrifican por mantener en alto el nombre de mi patria.
Soy fuerte, porque me solidarizo con aquellos que sufren las injusticias causadas por el egoísmo y la envidia de los que no tienen misericordia y abusan del poder.
Soy fuerte, porque creo en el hombre que nunca se olvida que por su naturaleza bondadosa, hace de sus quebrantos oportunidades, para que no se repita la historia de minusvalía a la que condenan los enemigos de sí mismos.
Soy fuerte, porque creo en el único Dios Padre, en el Dios de amor, en el Hijo del hombre y en el poder que tienen sus palabras y la fuerza de un Espíritu Santo para el que no hay imposibles.
Soy fuerte, porque creo en mí y en todo el potencial que recibí por ser hijo de Dios.
¿Y tú eres fuerte?
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