En una reunión de amigos, salió el tema del creciente número de mendigos que deambulan por la ciudad, y como primera causa de ello, citaban la falta de empleo, también se mencionó la falta de capacitación y la deficiente preparación académica; después, se habló del efecto de la migración y alguien comentó, que la mayoría de los menesterosos ya no pedía comida, ni ropa, la ayuda solicitada era dinero, y que debido a la difícil situación económica por la que atravesamos la mayoría de los ciudadanos, es frecuente dar una excusa, más queriendo ayudar de buena voluntad, se les insiste en que acepten algún alimento, pero éstos son rechazados, y los pedigüeños siguen su camino. A alguien se le ocurrió preguntar ¿por qué precisamente piden dinero, si se supone que lo querían para comprar alimentos, por qué no aceptar comida? Yo respondí que cada quien pide lo que necesita, de ahí que no se podía juzgar a las personas marginadas como ingratas sólo por el hecho de manifestaran abiertamente su necesidad.

En mi trabajo, una de mis pacientes, me comentó que no podía acudir el próximo mes 2 veces al centro de salud, como lo tenía agendado, y hablándome con la verdad, me dijo que el motivo era que no tenía suficiente dinero para el transporte, de hecho, siguió diciendo: _Cuando venía para acá, un hombre me salió al paso y me pidió una ayuda económica, con pena le dije que sola traía $2.00, pero no se los podía dar, entonces en mendigo me dijo : _¿Y esa bolsota que trae colgando del hombro? Le contesté: _cargo en ella el paraguas y un bote reciclado con agua, por cierto me pesa mucho, pero estas dos cosas son lo que más necesito en estos momentos.

De alguna forma u otra, todos necesitamos algo de los demás, y la mejor forma de saber cuál es nuestra necesidad, es poder expresarlo con toda claridad. No lo cree usted así, mi estimado lector?

Comentarios: enfoque_sbc@hotmail.com