Carlos Slim informó de la posesión de 5.1% de la empresa de logística petrolera PBF Logistics. En un formulario remitido a la Securities and Exchange Commission explica que la participación, equivalente a 2.15 millones de acciones está en poder del magnate y sus hijos, así como la entidad Inversora Carso SA de CV. PBF Logistics LP reportó ingresos por 40 millones de dólares en su reporte trimestral.

La empresa, constituida en 2013, posee, arrienda, opera, desarrolla y adquiere terminales de petróleo crudo, productos refinados de petróleo, ductos, terminales de almacenamiento y otros tipos de infraestructura energética. A través de su empresa Carso Oil and Gas, Slim se hizo de dos licitaciones para campos de crudo ligero durante la Ronda 2.3 de la Reforma Energética.

Slim se quedó con el Área 12 de las Cuencas del Sureste, con una oferta de 6.1 millones de dólares y con el Área 13, con 13.2 millones de dólares. Se prevé que la inversión en estos dos campos genere más de 5,000 nuevos empleos.

“La diversificación de ingresos por portafolio de negocios de Carso le da la capacidad para contrarrestar la ciclicidad presente en los segmentos en los que participa. Para los últimos 12 meses terminados al 30 de junio de 2017, la contribución por negocio fue 46% comercial, 36% industrial, 17% infraestructura y construcción y otros. La Calificadora de Riesgo ratifica la nota AAA (0% de riesgo) con perspectiva estable para la compañía.

Con información no detallada concluyó la primera ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en Washington, sólo se dijo que los trabajos seguirán a ritmo acelerado. La segunda ronda será en México del 1 al 5 de septiembre; a finales del mismo mes se realizará en Canadá la tercera. Se espera un proceso que podría tomar entre dos y tres años. En México habrá proceso de cambio presidencial el próximo año. En Estados Unidos a Trump se le señala, una presidencia prácticamente liquidada.

Los temas sobre los que no se alcanzó consenso fueron el déficit comercial que EU mantiene con México. El posicionamiento de EU condiciona las negociaciones al cumplimiento de las promesas de Trump. Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, afirmó que México no permitirá introducir aranceles, reintroducir cuotas y poner restricciones al comercio y señaló que el gobierno de Peña Nieto retirará derechos establecidos en el acuerdo comercial de no ser favorable para México. Washington pretende reducir el déficit comercial con México de 64 mil millones de dólares en 2016 a través de mayor regulación medioambiental y laboral en México, con lo cual logrará equilibrar al encarecer los costos d

producción. No busca que mejore el salario en México y que se deje de deteriorar el medio ambiente, intenta que México deje de ser atractivo para los inversores al encarecer los costos y dispone de un aliado para ello, el Estado Mexicano despilfarrador, corrupto y encubridor. El sector automotriz es un tema central. Estados Unidos busca negociar las normas de origen que exigen que los vehículos que se venden en Norteamérica exentos de aranceles contengan 62.5% de componentes producidos en la región.

El secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, dijo que el gobierno de México no dará a conocer detalles sobre los avances preliminares de la renegociación pues aún nada está acordado. Este manejo no crea confianza pues siendo los temas a tratar de relevante importancia, la opinión de los sectores involucrados aún no se toma en cuenta. La opción para los industriales multimillonarios empujados por la política de Trump es gastar buena cantidad de dinero para establecer sus instalaciones en países en los cuales los renglones tributarios son de menor porcentaje, existen subsidios y apoyos, tienen exenciones considerables cuando de propiciar el empleo se trata.

En México los impuestos no se destinan a elevar el nivel de vida y su manejo es totalmente oscuro, además la carga tributaria es excesiva y a cambio poco o nada se recibe; lejos de propiciar el empleo se cierran empresas, comercios, pequeñas y medianas industrias. Son mínimos los renglones y partidas presupuestales de apoyo al bienestar social y al campo, a áreas eminentemente productivas. Solamente a los empresarios gigantes de siempre se les hace condonaciones y se les permite el manejo de los impuestos a su antojo.