Si en ocasiones no encuentras la razón de tu tristeza, en esos momentos grises, olvídate de ella y piensa en los detalles del día a día que mantienen el ánimo despierto y que le dan viabilidad a la esperanza de que todo habrá de cambiar a tu favor.
Cuando el sol se oculte de manera imprevista y con ello pareciera apurar la noche o acortar tu día, enciende con alegría tu luz interior, que habrá de guiarte a encontrar las oportunidades para que los claroscuros de la melancolía de tu ánimo se aparten y hagan llegar la luz de un nuevo día.
Nunca te sientas desafortunado, cuando a tu paso se vayan cerrando puertas que pudieran ser motivo de falsa alegría, piensa mejor en el hecho, de que Aquél que más te ama, quiere evitarte asaltos y desconciertos, porque tiene para ti reservada la llegada a la puerta de la felicidad eterna.
No desaproveches la oportunidad de estar a tiempo en el lugar de tus anhelos, seguro en él encontrarás a quien con ilusión espera tu llegada, lo sabrás cuando el corazón palpite lleno de gozo por la alegría de saberse amado sin condición y sin reposo.
Si quieres conocer los verdaderos sentimientos de quien dice amarte, que tus ojos hablen con los suyos, si de ellos surge una atracción irresistible, surgirá la necesidad de estar cerca y no se separará de tu lado, más, si la mirada es esquiva, se mantendrá a distancia hasta que los sentimientos se aclaren; si encuentras lágrimas, tal vez se trate de una despedida.
Si alguna vez dudaste de ser una persona valiosa en la vida, es porque te esforzaste mucho en demostrarlo a quien no debías, es mejor ser sincero y humilde, así, que de ser el último, serás el primero.
No permitas que nadie apure tu paso a la felicidad, porque te hará tropezar y te llevará al fracaso, ve despacio, ve seguro, ve confiado, ve con fe, porque él que te espera del otro lado, te amará como eres y así hayas fallado, perdonará tus pecados.
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