Calidad no es igual a cantidad, y quedó demostrado en el ejercicio público que le llamaron “debate” entre los candidatos a las diputaciones en la capital tamaulipeca, organizado por Kybernus, y que recibió inmerecidamente críticas, aunque habrá que hacer observaciones puntuales… y agudas.

Habría que entender qué es un debate: según la Real Academia Española, es una controversia, una discusión, y no una exposición florida de motivos como la que nos ofrecieron quienes buscan afanosamente una curul. No es ir a maquillarse temprano para ir muy giaps y decir que son lo mejor, que tienen todo lo que la ciudadanía, y bueno, hasta prometieron que iban a solucionar el problema del agua, ese que nadie, en treinta años ha sido capaz de enfrentar ante las decisiones de los que mandan en Tamaulipas de dejarlo para una mejor ocasión, porque de todos es sabido que si hubiera una voluntad de alguien a lo largo de ese tiempo, ya tendríamos desde cuando la segunda línea del acueducto, tal y como lo predijo el ingeniero Américo Villarreal Guerra, quien es el responsable de que tengamos agua hoy, aunque dijo hace treinta años que en tres décadas nos iba a faltar.

No era pitoniso, era un ingeniero muy profesional y con una enorme capacidad. No se le hizo caso y mire la respuesta.

El asunto es que los candidatos fueron y han sido muy criticados por la ciudadanía que tuvo oportunidad de seguir lo que pomposamente llaman debate, pero qué podemos esperar si los términos son confundidos todos los días por todos los políticos que no tienen idea de a qué se debe dedicar alguien como ellos.

En el debate estuvieron ausentes las discusiones y en enfrascaron en manejar conceptos y algunas ideas de cuando vayan a gobernar.

Se olvidaron que no van a gobernar: van a legislar, si es que toman en serio su papel, y de ese grupo numeroso que fue a presentar ideas como proyectos, solamente uno estará en el Congreso, lo que nos habla de una total ausencia de estrategias, porque mire que si nos vamos a las campañas, se redicen a un grupo de jóvenes manipulados, mal pagados csi todos, que ondean “banderitas” en los cruceros de tal o cual partido político.

¿Eso qué nos dice a los ciudadanos? Que un partido o candidata trae más dinero que otros, pero de eso a más, no hay una sola propuesta.

No sabemos qué harán, por ejemplo, de llegar al Congreso y cual será la postura contra un alcalde ineficiente y tramposo, que se ha dedicado a vivir del dinero del publo y a hacer mal uso de él.

Eso sería lo que nos hubiera gustado saber, porque en Victoria, ni agua, ni obra ni nada, y sçí mucha zumba.

Imagine que nos hubieran dicho que harán que la ley impere y meterían a la cárcel a estos individuos.

Entonces, probablemente creeríamos en sus promesas.

Porque de todos es sabido que estamos hartos de promesas y de ver cómo se enriquecen los que llevan al poder.

O esperaríamos que nos dijeran que dejarán de secuestrar como propias las calles e al ciudad y quitarían los estacionamientos exclusivos, pero tampoco.

A Kybernus, sugerimos no hacer caso a los amigos muy cercanos y hacer una evaluación muy profunda: el ejercicio es bueno, pero hace falta más profundidad. Infórmense, entérense de qué debe llevar un buen debate, propongan uno de altura, y al que no quiera acomodarse, ignórenlo.
Van muy bien, pero les falta hacer un autoanálisis a profundidad y sacar lo mejor de sí mismos, que aún es mucho más.

Y a los candidatos, podrían buscar un curso, un diplomado al menos, de qué es la política, cómo se establecen metas políticas y qué decir cuando se está en público.

Y probablemente lograrían que alguno de los distraídos que estén como oyentes puedan ser convencidos, aunque, por los contenidos mostrados, lo dudamos mucho.

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