En el país existe déficit de por lo menos un billón de pesos para salir del atraso en el aspecto del agua potable y otro billón para avanzar, considera Roberto Olivares, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento. Se requiere dar mantenimiento mayor y sustituir infraestructura para atender lo esencial, las enormes y constantes fugas de agua que afectan al servicio y que además causan socavones.
Ciudad Victoria está dentro del panorama que presenta Olivares. Aunque el agua es potable, su distribución tiene inconsistencias cotidianas, la red presenta fugas, lo que permite a las televisoras tener notas para señalar la forma (la fuga), no el fondo, redes mal construidas, remedios caseros para resolver mientras la red de poder se enriquece. Los parches de inmediato se convierten en baches.
La política contenida en el Plan Nacional Hídrico no menciona lo anterior, por lo que debe modificarse e incluir infraestructura y mantenimiento mayor. En agua potable y saneamiento se requiere equilibrio entre costo de producción e insumos, sin embargo a sabiendas del déficit que existe se aplicó una disminución de 72% de subsidio a este subsector, temas que se dejan de lado por el Estado Mexicano, que no importan en el Gasto Público para así aumentar los gastos en costos personales de la élite de poder: altísimos salarios en un país en el cual la mitad de la población está en estatus de pobreza, en gastos de seguros de gastos médicos privados mientras se quita presupuesto al sector salud nacional al que se utiliza con fines de lucro por autoridad y sindicato; uso automóviles de lujo y personal accesorio mientras el servicio de transporte público es caro, carente de planeación y de mal servicio al usuario, se trata de un comportamiento público que va contra un imperativo, el derecho humano de acceso al agua es progresivo y no regresivo, como está sucediendo en México. Hablamos de una barbarie cometida por el poder Ejecutivo, validada por el comerciante poder Legislativo.
En servicios de agua potable y saneamiento existen tres costos: el cotidiano, referente al pago de energía eléctrica, nómina e insumos, que se cubre generando déficit en los organismos públicos; el mantenimiento mayor, que no se atiende en lo general en todo el país; y el crecimiento demográfico. Todo esto tiene un costo de 30 pesos por metro cúbico, la tarifa promedio en el país es 8 pesos, por lo que el déficit no se podrá superar, por tanto la eficiencia de los operadores del servicio no está garantizada.
En 2006, en el Foro Mundial del Agua, el presupuesto a la Comisión Nacional del Agua se elevó de 11 mil millones de pesos a 55 mil millones. Sin embargo, en la actualidad la reducción es notable, retrocedemos a sabiendas de que servicios de agua potable y saneamiento son eje de desarrollo.
Políticos y partidos en campaña dicen que habrá más agua de mejor calidad, lo que no se cumple, así es que los organismos públicos que proporcionan este servicio deben ser sometidos a una real y objetiva rendición de cuentas sujeta a la transparencia de manera que permita al ciudadano conocer las decisiones que se toman en asuntos de finanzas y de programas de desarrollo. Que el Consejo de estos Organismos someta al escrutinio público las condiciones en lo general de estas empresas que son sociales, para saber cómo estamos y las dificultades que enfrentamos.
Incorruptibles es difícil encontrar; también difícil es que un ciudadano se ajuste a los criterios prácticamente profesionales que exigen para ser parte de un Comité. Hay ciudadanos honestos que pueden representar el interés social analizando con sentido común el gasto que realizan. Con seguridad, el déficit actual de esos Organismos Públicos Descentralizados disminuirá y mejorará el servicio.