Este jueves fue muy significativo en la vida de la Universidad Autónoma de Tamaulipas: en medio de un enorme dispositivo de seguridad dentro y fuera del Teatro Juárez se llevó a cabo la ceremonia en que Enrique Etienne Pérez Del Río rindió su cuarto informe de gestión, y José Andrés Suárez Fernández rindió protesta como rector para el período 2018-2021.

Estuvo el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca como testigo de tan importante evento universitario, y también, como muchos de nosotros, fue testigo de un informe pleno, muy pleno de logros que, en 4 años, han ubicado a la UAT en otros niveles, pese a los destructores de todo lo que suene a tamaulipeco, y que no saben ver más allá de su nariz.

Etienne pasó un video donde se habló de todos los logros nacionales e internacionales, y que nos ubican como una universidad competente en todos sentidos, acorde a la realidad de su estado y congruente con sus postulados.

Muchos posgrados, premios, certificaciones, obras y más fueron puestas de manifiesto.

Quizá lo que gustó más fue el lado humano: Enrique Etienne se dobló en la voz cuando recordó su medio siglo de labores en la máxima casa de estudios tamaulipeca, y agradeció a todos por lograrlo, porque está consciente que la labor es de cada uno de los miembros de la comunidad universitaria.

A su familia, también dio un especial agradecimiento, para luego ofrecer un emotivo mensaje humano, en el que las lágrimas asomaron y nos hizo vibrar a muchos por su sentido humano, propio de un individuo que se siente contento con lo realizado pero no satisfecho.

Dijo que hay mucho por hacer aún, y confió en que la UAT siga avanzando como lo ha hecho a través de los años.

La verdad es que hay que agradecer mucho a la administración de Enrique Etienne, porque ha transformado la Universidad en muchos aspectos. Sin demeritar lo que lograron sus antecesores Leal, Lavín, Filizola y más, no se puede dejar de reconocer que se ha avanzado, como decíamos ayer, con sus puntos negros en el grano del progreso ,pero ha sido mucho más lo que se logra que lo que se queda en el camino.

Enrique Etienne se llevó un muy sentido aplauso este jueves, proveniente de una comunidad universitaria agradecida con su rector que ha hecho muy importantes cosas, y ha privilegiado lo que él destaca: la unidad como factor principal para que la Universidad pudiera seguir avanzando, ya que con el concurso de todos es posible avanzar más rápido, y eso lo sabemos todos.

Por su parte, José Andrés Suárez Fernández, ya como rector entregó un emotivo discurso, donde establece los principales compromisos de su gestión.

Algo hay que destacar en la administración de Enrique Etienne: el hecho de haber gestionado muchas cosas en sus cuatro años y no querer eternizarse en el poder: dejar un solo período de gestión y abrir paso a lo que viene en el futuro universitario, lo cual se agradece y esperamos sea común denominador en las direcciones de las Unidades y Facultades.

Como que ya es tiempo de dejar de ver estos puestos como otra cosa que no sea servicio, y el rector que concluye ha entendido muy bien su función y su tiempo, el cual cumplió con la satisfacción de la comunidad y de autoridades estatales y federales.

El gobernador Cabeza de Vaca dedicó un emotivo discurso para reconocer la labor del rector que concluye y hacer votos porque el entrante sea capaz de seguir envolviendo en ese tren del progreso a la máxima casa de estudios tamaulipeca, y que siga reconociéndose la capacidad de los universitarios egresados de sus aulas, pero sobre todo, que los empleadores vean que esa csalidad es nuestra y debemos aprovecharla.

Tiempo es de reconocer a la UAT, y reconocer la parte humana que deja como legado el buen Enrique Etienne.

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