El sector privado dice apoyar a López, pero saca su dinero de México. La inversión cayó 8% en el año, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) De octubre 2018 a la fecha, el ahorro externo cayó 550 mil millones de pesos y en el último trimestre salió del país, 200 mil millones de pesos más. El ahorro, de donde se cubre la inversión productiva, se fuga. Responderán que los datos son falsos, pues si hubiera fuga de capitales el peso no estaría fuerte. Inegi da la respuesta; el superávit en cuenta corriente permite que el tipo de cambio esté tranquilo.
El futuro se ve peor que el presente. La economía se frenó y cerró el año en rojo. No habrá recuperación, sufrirán el crecimiento, el tipo de cambio y las finanzas públicas. No se puede decir que hay crisis económica, pero se ve a corto plazo, de no cambiar el rumbo. La salida de dinero del país es explícita, no hay confianza y la prudencia que acompaña al dinero, está en luces rojas en México.
Los empresarios se han reunido con López. Se da amplia difusión para mostrar que el capital confía en el modelo económico y financiero del país, con compromisos para invertir en el Plan Nacional de Infraestructura, pero son palabras, en los hechos el dinero del extranjero no llega y el dinero extranjero y nacional que está en el país, sale.Los dueños del dinero conocen la manera de actuar de los gobiernos populistas, esos a los que, por ADN, les es difícil soltar el poder, ni echándolos se salen, así es que porras a López por empresarios, y sus acciones son cuidar su dinero sacándolo de México, así evitan control de cambio peso-dólar, medidas administrativas de castigo y estatización de bienes y de activos.
A López le sucede lo mismo que a varios presidentes de la economía liberal. La cara financiera del país es bonita, pero la cara de la economía real es fea. En este caso, las finanzas públicas están en equilibrio, la paridad cambiaria está estable, la deuda pública no crece, pero la economía no crece, no se genera suficiente empleo y hay sectores de la industria en problemas. Es una economía liberal. El tipo de cambio está estable gracias a la alta tasa de interés mexicana, 7.5%, contra 1.75% en Estados Unidos y 0% en la Zona Euro, el mercado financiero mexicano es el atractivo, pero atrae capital carroñero en busca de presa.
La inflación de 3% es por política monetaria restrictiva del Banco de México y por una economía donde la demanda está caída. Hay peligro de que los bonos de PEMEX caigan en condición de chatarra, lo que afectaría la calificación de la deuda de México. Por segundo año, el gobierno presentó a la Cámara de Diputados un presupuesto con déficit, sabe que no tendrá lo que gastará, caos absoluto, debacle sin contención política, y el salario mínimo tiene la mejor recuperación de décadas. El problema está en la economía.
La estrategia económica genera desconfianza pues la inversión cayó 10% y eso genera que la economía esté parada. La construcción y la minería, colapsaron y el sector servicios, con cifras positivas, cayó en el tercer trimestre del pasado año. La generación de empleo es la peor de la última década y el plan de infraestructura apoyado por el sector privado es de papel. El equilibrio entre la parte real y la parte financiera está roto, le llaman “recesión seca” con economía detenida, con estabilidad cambiaria y sin inflación.