Las árbitros electorales María de los Ángeles Quintero Rentería y Olga Alicia Castro Ramírez, lucieron vestidas de negro, parecía invocar la corriente sartreana del siglo anterior, que cobro vigencia en las postguerras mundiales. Las mujeres lucieron vestimenta eminentemente formal. En sus informes respectivos hablaron de 42 incidentes sin mayor relevancia. Aunque los informes parecieron ligeros sin mayor importancia. En las mesas de votación estuvo ausente el 37 por ciento de los escrutadores. Lo que bien se puede interpretar como un sabotaje de los partidos que disputaron los cargos de elección popular, el domingo de elecciones en Tamaulipas.
El escrutador es el que hace el recuento de los votos en una elección. Y da la casualidad que el 37 por ciento de quienes resultaron electos para ese puesto en las 4,664 casillas electorales, que se instalaron en Tamaulipas, no se presentaron en sus respectivas mesas de votación.
Lo mismo que 31 Presidentes de Casillas. Habrá que documentar en una próxima entrega, en que regiones o distritos se presentaron esas irregularidades. Sobre todo, si se aborda el asunto con la mayor seriedad por parte de los organismo electorales, podrían confirmar que los escrutadores que durante meses fueron capacitados por los supervisores del Instituto Nacional Electoral, los ausentes por parte del INE figuraron como representantes de los tres partidos entre los que se dio la contienda electoral, que concluyó con la elección del domingo anterior.
Es decir, el INE capacito a 1,775 escrutadores, que renunciaron de última hora al no presentarse el día de la elección en sus respectivos puestos. Pero sí habrían figurado como representantes de Morena, PRI y PAN. El motivo pudiera ser que los partidos les ofrecieron una cantidad superior a los 200 o 300 pesos que el INE y el IETAM les ofrecieron, como gratificación por su participación cívica. Y viene a este espacio la célebre expresión de Francisco de Quevedo; “Poderoso Caballero es Don Dinero”.
Desde esta perspectiva el informe presentado ayer domingo por la damas de negros, como “incidentes sin relevancia”, resultarían ser lo contrario. Porque los partidos además de las prerrogativas les habrían “robado” a los ciudadanos que desempeñarían el puesto de escrutadores.
No obstante, ninguno de los partidos que sabotearon a los organismos electorales cubrieron el cien por ciento de las 4,664 casillas que se instalaron en los 22 distritos, donde se eligió el mismo número de diputados locales.
O sea, que el INE y el IETAM además de las prerrogativas partidistas y el financiamiento público para las campaña, también les capacitaron a sus representantes partidistas a los principales partidos que disputaron la elección. Lo cual debería ser motivo de sanción para los partidos políticos de parte de las arbitras electorales. Lo más seguro es que esto no sucederá.
La más preocupada debería ser la Vocal Ejecutiva del INE en Tamaulipas, porque ese organismo fue el responsable de los trabajos de capacitación de los funcionarios de los funcionarios de las casi 5 mil casillas, entre los que figura el 37 por ciento de los escrutadores que no se presentaron.