Este lunes, Reynosa vivió uno de los episodios más violentos y escalofriantes del año. A plena luz del día, en una de las avenidas más transitadas de la ciudad, fue asesinado el delegado de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna.
El ataque fue directo, brutal y quedó registrado en video. La camioneta en la que viajaba fue alcanzada por un convoy armado que arrojó una granada al vehículo y posteriormente disparó al funcionario quien había salido con vida. Las imágenes son muy fuertes y frías.
Vázquez Reyna, quien se desempeñaba como delegado federal desde 2018, viajaba solo y aparentemente sin escoltas, aunque se presume que su unidad era blindada. Su muerte, según la FGR, estaría relacionada con recientes operativos contra el robo de combustible en la región. Apenas en julio, la Secretaría de la Defensa Nacional en conjunto con la FGR que él representaba, aseguraron más de un millón 800 mil litros de hidrocarburo en Reynosa, además de equipo y vehículos.
Por ahora, esa es la principal línea de investigación, aunque las autoridades no descartan otros móviles. Equipos especializados de la FGR fueron trasladados desde la Ciudad de México para colaborar en las indagatorias, mientras que el Gobierno de Tamaulipas ha reiterado su disposición de cooperar en el esclarecimiento del caso.
Sin embargo, más allá de la respuesta institucional, el hecho vuelve a poner el reflector sobre Reynosa, un municipio históricamente golpeado por la violencia. Ahí se han instalado más cámaras, desplegado más elementos y reforzado más operativos que en ninguna otra zona del Estado. Y aún así, los ataques siguen ocurriendo.
Por eso la percepción de inseguridad entre los ciudadanos que supera el 80 por ciento no es exagerada, ni nos asombran las estadísticas, los números son reales, van en aumento y están documentados y hoy se confirman nuevamente. La muerte de un alto funcionario federal en esas condiciones, en una vía principal, frente a decenas de automovilistas revela un nivel de riesgo y de impunidad alarmante.
Y aunque se esperaba una reacción más contundente desde el Gobierno federal, este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum apenas mencionó el tema en su conferencia matutina. Dijo que el Gabinete de Seguridad sería el responsable de dar la información.
Mientras tanto, las familias en Reynosa y muchas otras zonas en Tamaulipas siguen viviendo con la incertidumbre.
Que Dios nos bendiga. Leo sus comentarios en mis redes sociales…