.-Alcalde Carlos Peña evade su responsabilidad

.-Lluvia de balas, y ausencia de las autoridades

.-Maki Ortiz, y sus falsas promesas de campaña

.-Congreso Estatal, calla ante la ola de violencia

 

 

Reynosa volvió a vivir este lunes una jornada violenta, con balaceras y situaciones de riesgo que iniciaron alrededor de las siete de la mañana, y se prolongaron por varias horas.

Las colonias Benito Juárez, López Portillo, La Cañada, Bugambilias, Bermúdez, Fundadores, Caracoles, entre otras, amanecieron bajo fuego, al tenor de detonaciones de todos calibres.

Tal como ha acontecido en otras ocasiones, esta vez también hubo destrucción de cámaras de videovigilancia, presuntamente, por parte de la delincuencia organizada que, por lo visto, cada vez está más organizada.

Como ya es costumbre, la Vocería de Seguridad de Tamaulipas a cargo de JORGE CUÉLLAR MONTOYA, empezó a emitir reportes en forma retrasada, por lo menos, una hora después de las primeras “situaciones de riesgo”.

Para acabarla de amolar, hemos notado que el voz-cero de Seguridad, aparte de tardado (con “d”), se molesta con los periodistas que le piden abundar en la información. ¿Quién revisaría el perfil de este personaje para contratarlo?.

Tanto que el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA hace énfasis en el tema del humanismo, como base de su gestión, para que funcionarios públicos como Cuéllar Montoya, reaccionen con arrogancia y falta de oficio ante la prensa. (Circula en redes sociales un video que da testimonio de ello).

En medio de esta “lluvia de balas” que cayó ayer sobre distintos sectores de Reynosa, el alcalde CARLOS PEÑA ORTIZ, no se dejó ver por ningún lado.

Tampoco se pronunció al respecto en sus redes sociales, ni a través de los conductos oficiales del Ayuntamiento.

De hecho, temprano hubo un evento cívico, conmemorativo del 107 Aniversario de la promulgación de la Constitución Mexicana de 1917, por parte del gobierno municipal de Reynosa, mismo que encabezó el Secretario del Ayuntamiento, ANTONIO DE LEÓN VILLARREAL.

A esa hora ya se dejaba sentir el estruendo de las balaceras, y tal vez por eso, Carlos Peña Ortiz rehusó hacer acto de presencia.

¿Dónde está el alcalde?, fue la pregunta que muchos se hacían ya entrada la tarde de ayer, sin que el presidente municipal saliera a dar la cara. Y eso que está buscando la reelección.

Pobre Reynosa, siempre le toca la de perder.

No hay que olvidar que en 2018, cuando buscaba la presidencia municipal de Reynosa bajo las siglas del Partido Acción Nacional, MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, publicó un video, el cual circula profusamente hasta hoy, en el que prometía “poner orden”, diciendo:

“Esta ciudad está imposible, si te gusta como está, si te gustan estas balaceras, si te gusta el peligro, con el que vivimos y en el que nos tienen las autoridades, vota por lo mismo”.

“Si no, tienes otra opción, vota por Maki Ortiz”, remataba la entonces candidata del PAN, muy a su estilo. Algo que quedó en promesa de campaña, hablando en plata, en “puro jarabe de pico”.

Está claro que Maki Ortiz y su hijo Carlos Peña Ortiz, no han sido capaces de hacer buenos gobiernos. Pero eso es lo de menos, ambos quieren más, él repetir como alcalde y ella volver al Senado, donde ya ocupó un escaño de 2012 a 2016, con más pena que gloria.

Y vaya que Maki Ortiz, secundada ahora por su hijo, han tenido “suerte” de no encontrar quien les ponga un alto en su ambición desbordada por el presupuesto público, aparejada con su falta de resultados. Ni el sexenio pasado, ni en el presente. Sin importar que la ciudadanía es la pagana.

Hasta al mediodía de ayer, la Comisión de Seguridad del Congreso de Tamaulipas encabezada por el diputado local de Reynosa, MARCO GALLEGOS, no había emitido ninguna postura sobre las balaceras que menudearon durante toda la mañana. ¿Why?.

Tampoco el Congreso Local en Pleno, en voz de su presidenta de la Junta de Coordinación Política, ÚRSULA SALAZAR.

Bajo este contexto, no sabíamos si reír o llorar, ante un estado de WhatsApp que publicó el Secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas, con un fondo azul de las olas del mar: “La vida no es esperar que pase la tormenta. Es aprender a bailar bajo la lluvia”.

¿Acaso de la lluvia de balas?.

 

CONTRAFUEGO: Los balazos ganan la partida a los abrazos.

Hasta la próxima.