La Secretaría de Hacienda informa datos que permiten comparar el primer trimestre 202122. De un año a otro, la recaudación de ingresos presupuestarios incrementó en $151,404 millones de pesos (mdp), aumento de 2.2% en buena medida por la declaración anual de personas morales en marzo pasado.  El crecimiento de la captación de ingresos petroleros en 84,517 mdp, contribuyó a que no hubiese mayor disminución de los ingresos del sector público, aumentando 32%. El factor que detonó este aumento fue la expansión del precio de la mezcla mexicana de exportación de petróleo derivado de la guerra en Ucrania y demanda global por combustibles, ya que no hubo cambios significativos en las cantidades producidas y exportadas por México.

Por otro lado, la caída en los ingresos por la eliminación del IEPS a gasolinas y diésel fue por 38 mil mdp, de los cuales 20,000 dejaron de ingresar sólo en marzo. SAT estima que ese subsidio costará al Estado 400,000 mdp a lo largo del año, lo que es una carga muy fuerte. Esto hace urgente contar con recursos adicionales para las finanzas públicas. La situación es: No se ve que López vaya a reducir el gasto social que enarbola ni tampoco que reduzcan obras de infraestructura que considerada prioritarias e insiste en que no aumentará la deuda pública. También se niega a crear nuevos impuestos ni se han adecuado los existentes y el Gobierno Federal no tiene capacidad de emisión monetaria. Una reforma fiscal integral es el camino adecuado a seguir. Las últimas encuestas de opinión disponibles muestran que López está en momento oportuno pues presenta alto nivel de aprobación.

Si el Gobierno Federal logra aumentar la recaudación en 2023 podría tener fondos suficientes para ampliar sus programas sociales, lograr obras pendientes como los trenes Maya y Transístmico, al tiempo que llegaría a la elección de 2024 con el gran mérito de haber cumplido sus promesas de campaña y con finanzas públicas sanas. Con este panorama, la reforma fiscal es inminente, la pregunta es cuál parte de la población sería afectada por esta reforma y qué impuestos se modificarían en la discusión del paquete económico que López debe enviar a la Cámara de Diputados el próximo 8 de septiembre. México cuidará más el control de la inflación que el financiamiento del sector público.

Si López quiere cumplir sus promesas: conclusión del AIFA y la refinería Dos Bocas, aunque no esté lista para operar, e intentar bajar el precio de la gasolina con la incorporación de las refinerías de Deer Park y Olmeca para aumentar la oferta, tener finanzas públicas sanas, la realidad fiscal puede evitarlo. Por lo mismo, es momento de la reforma fiscal. Su promesa de no aumentar impuestos tiene vigencia de 3 años que ya pasó. La política de aumentar la fiscalización, que le dio 200,000 mdp provenientes de grandes contribuyentes, ha llegado al punto de agotamiento; tiene que ir a otras capas que contribuyen menos aunque son numerosas, así que la dieta nacional será inflación y más impuestos.