La incertidumbre en los mercados internacionales impacta en la demanda externa, provocando moderación en el crecimiento. Demanda externa es la cantidad de bienes y servicios que se produce en un país, demandados por residentes en el extranjero. Los productores nacionales venden (exportan), parte importante de su producción a agentes que residen en el extranjero (personas, empresas, gobiernos, etc.) Es factor determinante en el crecimiento económico.
En Chile, una fuente de ingreso es la exportación de Cobre a Estados Unidos y China, cuando ésta cae, la tasa de crecimiento se afecta negativamente. Muchos países ofrecen subsidios a los productores locales para que vendan sus productos en el exterior y atraer demanda externa. Al calcular la balanza de bienes y servicios, se tiene en cuenta la exportación total y se descuenta la importación, puede ser negativa si se importan más bienes y servicios de los que se exportan.
Factores que influyen en la demanda externa: El tipo de cambio; mientras más fuerte es la moneda del extranjero respecto a la local, más interesados están en comprar productos locales. El mayor crecimiento de la población o ingreso de los países extranjeros, ambos hacen que la demanda por productos locales aumente. Cuando China o India presentan crecimiento, aumenta la demanda de materia prima (cobre, acero, petróleo) La oferta de productos locales (productos distintos a los de otros países o innovadores), aumenta la demanda externa. Períodos de recesión económica global reducen la demanda externa; regulaciones, restricciones o limitaciones al comercio impuestas por un país, también la reducen.
Tan elevado es el nivel de globalización que es más común ver la transferencia de cultura, productos, servicios, en todos los países, pero la situación que atraviesa la economía por finalizar este ciclo expansivo y decisiones que derivan en tensión geopolítica, llevan al planeta a fracturas internas que debilitan esos acuerdos, esos puentes, que nos conectaban, y el proteccionismo gana presencia.
Estados Unidos, Reino Unido, Italia, China, abogan por la separación y como la solución, el proteccionismo y el nacionalismo. El ansia de poder cuestiona si esa interconexión es rentable para todos los países o para unos pocos. Este año, 90% de las economías viven el impacto negativo de la desaceleración, tras un largo ciclo expansivo, por ello la definen desaceleración sincronizada, pues no se expresa en una economía en particular.
Viendo Italia que entraba en recesión, en su discurso justifica la recesión por las malas prácticas adoptadas por Europa y la incapacidad de aplicar políticas efectivas en el país por Acuerdos con la Unión Europea, que pese a carecer de sentido, surte efecto en una población que acusa a la Unión Europea de impedir el crecimiento económico en el país. 60% del PIB mundial lo representan transacciones y exportaciones por el libre comercio y la globalización, para lo cual carece de defensa el discurso nacionalista.
Dos economías están inmersas en guerra; el Reino Unido lucha por romper sus tratados con la Unión Europea; Italia busca acabar con ese yugo comunitario que les impide incrementar los niveles de deuda pública por encima de ese elevado 140% sobre el PIB, que presenta en estos momentos.
Informes por la Organización Mundial del Comercio(OMC), dicen que el comercio global sufre su mayor ralentización. El comercio, que no dejó de crecer por años, se deteriora. Las previsiones en cuanto a comercio son negativas; los expertos avisan de riesgo en la economía, pues el comercio es el principal agregado al crecimiento de la economía. Estancar el comercio como hacen proteccionistas y nacionalistas, deriva en caída de la demanda externa, la cual acaba con el crecimiento de muchas economías dependientes del sector exterior. La caída en la exportación provocó que Alemania esté en recesión y en Estados Unidos, caída de un punto porcentual en su crecimiento.
Mientras que la OMC pronosticaba crecimiento del comercio mundial de 2,6% en enero, al cierre del año será de 1,2%. En el discurso de Trump, cooperación internacional y libre comercio no tienen cabida y las relaciones entre economías se deterioran. La OMC califica esta situación desalentadora, pues se aplica trabas al crecimiento por intereses nacionalistas que en realidad obstaculizan el progreso. La cooperación internacional posee muchos fallos y deben ser corregidos, pero no se debe ir contra del progreso. Los desacuerdos, los soluciona el diálogo.