Justo dentro de un mes, los tamaulipecos acudiremos a las urnas para elegir a un senador de la República y aunque se prevé un gran abstencionismo, el favorito para ganar el escaño es José Ramón Gómez Leal.
La relevancia política de su postulación radica en que desde esta plataforma legislativa Gómez Leal construirá un proyecto para buscar la nominación del partido a la gubernatura dentro de unos años.
Imelda Sanmiguel Sánchez, diputada local, de Nuevo Laredo, es la candidata del PAN-PRI-PRD al Senado. Seguramente porque hay veda, ambas campañas están apagadas, sosas, flojas, invisibles.
El presidente nacional de MORENA Mario Delgado Carrillo, acompañó al JR en un evento de proselitismo en Altamira, a finales de la semana anterior, pero tampoco tuvo resonancia.
No se conoce el nombre del coordinador general de la campaña del JR, tampoco la identidad de su jefe de prensa, si es que lo tiene. Le favorece que los partidos de oposición también duermen en los laureles.
A final de cuentas, ¿para qué sirve un senador?; Lupita Covarrubias Cervantes, de MORENA, e Ismael García Cabeza de Vaca, del PAN, cobran actualmente como senadores, pero no se conoce gestión alguna de ellos, en beneficio de Tamaulipas.
Pertenecer al Senado es como tener el privilegio de cobrar una beca, premio, bono, recompensa, prebenda, subsidio, regalo, subvención, concesión, sin hacer ningún esfuerzo, trabajo, faena, fatiga.
Hace varios años, cenamos en su casa de la ciudad de México con un entonces senador tamaulipeco, victorense, y tras de repetidos brindis en la cena con bebidas espirituosas, uno de los invitados se puso cara a cara con el anfitrión y le hizo repetidos recordatorios maternales.
El legislador no se hizo el ofendido, principalmente porque el tono de la voz no era rijosa ni cargada de mala intención, y le preguntó sin alterarse por el motivo de su imprecación.
–“Solo quise saber qué se siente mentarle la madre en su cara a un senador de la República”, fue la escueta respuesta, y todos soltamos la carcajada, incluido el anfitrión.
Esto nos hizo recordar otra anécdota, de una candidata a senadora (del PRI, por supuesto, pues fue hace décadas), que prometió que no cometería la grosería de sus antecesores, que luego de conseguir el voto, no regresaron a reunirse con sus representados.
Ella tampoco regreso.
Retomamos el tema de la visita del presidente nacional de MORENA a Altamira, para agregar que sin mencionar el nombre de Cabeza de Vaca, Mario Delgado le asestó severo coscorrón al calificar a su gestión como corrupta y asociada a delincuentes.
Ante la directa acusación, Francisco hizo lo mejor que sabe hacer: fingir demencia, hacer como que la Virgen le habla, voltear para otro lado, mirarse las uñas.
A propósito de cábulas, el ex priísta Oscar Almaraz Smer empezó a hacer ruido en colonias victorenses, repartiendo regalos a familias precarias para fingir que es generoso, desprendido y buena persona.
Esos desplantes son usuales en tipos como Almaraz, sobre todo cuando está en puerta una campaña electorera, porque creen que consiguen engañar a las personas con el reparto de migajas.
Solo le faltó a Oscar disfrazarse de cualquiera de los reyes magos, para darle color a su interesada entrega de obsequios.
En tanto que en el flamante dirigente estatal del PRI Carlos Solís Gómez visitó Río Bravo para instalar en la presidencia local del partido a Gerardo Labrada García.
Cumplen años Derly Rivas Alvarado y el comunicador victorense José Luis Castillo Gutiérrez.
Correo electrónico: albertoguerra65@hotmail.com