¿Quiere usted que en Tamaulipas el candidato a gobernador por MORENA sea Américo Villarreal?

¿Quiere que sea Rodolfo González Valderrama?

¿Tal vez desea que quien represente a la ola morenista sea José Ramón Gómez Leal o Maki Ortiz?

Antes de tratar de responder, vayamos ahora a la parcela de Acción Nacional

¿Le gustaría que el candidato fuera César Verástegui?

¿Por ventura sería mejor para usted que fuera Jesús Nader quien represente a la causa azul en Tamaulipas?

Pues les tengo una buena y una mala noticia.

La buena para el ciudadano que simpatice con alguno de los políticos mencionados, es que virtualmente puede cumplir su anhelo. Con cualquiera de esos protagonistas.

La mala, es que podrá cristalizar ese deseo únicamente en los días previos a la definición formal de esos partidos de su candidato o candidata. Lo que pase después es otro cantar.

¿Qué galimatías es este?

La respuesta es sencilla.

En los días que faltan para que surja el nombre y apellidos de los elegidos de esos dos membretes, busque entre el mar de columnas, análisis y opiniones de quienes nos decimos amplios o medianos conocedores de esos terrenos, escoja la versión que mejor le acomode a su contentillo particular y entre los fulano o fulana de tal, encontrará sin duda alguna a quien más le placería que fuera.

En un diario, portal o blog habrá quienes aseguren que en MORENA Américo ya fue “palomeado”; en algunos ya afirman que Rodolfo va directo a la candidatura y en otros más no faltará quien vaticine que Maki o JR darán la sorpresa.

No sucede lo mismo con el PAN, porque es avasalladora la presencia de Verástegui en los medios formales, informales y digitales hasta trascender en pasillos palaciegos, corredores de oficina, cafés y bancas de plazas. Sin embargo, aunque le costará trabajo encontrar algún medio que aventure que el ungido panista será Nader, habrá algunos por ahí que le permitirán soñar en que el preferido de usted es el agraciado. Hay de todo en la Viña del Señor.

Todo esta parafernalia arroja un balance:

No crea todo lo que escribimos o decimos quienes nos auto llamamos expertos en estas lides. La mayoría de quienes integramos el gremio tenemos también simpatías, coincidencias, amistades, cercanías, antagonismos y otras lindezas por el estilo con alguno o alguna de quienes aspiran a ser el nuevo sol sexenal en Tamaulipas. Es la naturaleza humana y actuamos en consecuencia.

Así que no se deprima si algún avezado columnista sentencia que el amarrado ya es zutano o perengano y que el favorito que usted previsualiza está descartado. Ciertamente alguno o algunos le atinarán al final, en general más por suerte que por conocimientos, pero la verdad es que sólo en contadísimas ocasiones el “tapado” es descobijado antes de que el gran dedo lo apunte.

En esas circunstancias me permito lanzar al aire una sugerencia.

Aproveche estos días previos a los desenlaces partidistas. Haga a un lado las sesudas opiniones de Juan de las Cuerdas o Perico de los Palotes –entre quienes me incluyo– y eche un vistazo al trabajo real, a la productividad, de damas y varones que se ubican en la etapa del último tirón.

Tal vez lo que usted observe y constate en la chamba realizada por esos personajes no sea lo que determine la decisión de los partidos, que privilegian intereses y no simpatías, pero sin duda ese ejercicio le abrirá más los ojos sobre cuál figura es la que realmente necesita el Estado para salir adelante de tantos viacrucis que a diario salen al paso.

Mejor tratemos de valorar el trabajo de cada uno o una, medir su nivel de servidor público y cuando llegue el momento de votar por quien a usted se le pegue la gana, que ese conocimiento le sirva para elegir a quien verdaderamente le pueda servir a esta patria chica.

Es sólo una sugerencia, no consejo. Y si a usted no le gustan las sugerencias, mande al diablo estás líneas, al fin que ya lo hacen con las instituciones.

Lo bueno es que sólo estamos platicando…

 

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