La mal llamada “clase política” es muy curiosa: siempre dicen una cosa y hacen otra: se encargan de propagar ese término que conocemos como demagogia y nos hartan, nos hacen que caigamos en un desprecio generalizado, por su falta de eficiencia y falta de honestidad, por sus malas acciones y por sus desplantes como si fueran de sangre azul.
Son una raza que no es muy bien vista por una sociedad que tiene miedo de ser marcada y señalada, sujeta a acciones de revanchismo político muy común en nuestros días.
Pero más grave aún es ver que esos problemas se suscitan en los nuevos grupos de políticos que nos pidieron el voto y la confianza para llegar: los nuevos Cabildos nos decepcionan fuertemente. Ha habido algunos acuerdos, por ejemplo, en Victoria, en donde se han tomado decisiones con abstención de los que hoy son minoría, y entre éstos se encuentran miembros del otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional que vive lo que antaño vivió una oposición cuya característica principal es la venganza, el imponer una voluntad sin razonamiento alguno y seguir la orden de quien manda, lo cual, a todas luces es antidemocrático e inmoral.
Vemos que hay un punto de acuerdo con determinado número de votos a favor, unos cuantos -muy pocos- en contra y un número considerable de abstenciones. ¿Qué se creen estos irresponsables? ¿No pretenden devengar su salario con la representación que dicen tener de los ciudadanos?
Ofende sobremanera el que se den el lujo de no cumplir: se les puso ahí por exigencia de los partidos políticos, y no han entendido que NO representan ni al PRI o al PAN o a Morena, mucho menos al PRD y otros partidos menos que chiquitos: deben entender que están porque fueron votados, porque la ciudadanía los ha elegido, en el caso de Victoria, dentro de la planilla de Xicoténcatl González, ara que gobiernen en el municipio.
Y pomposamente, cobardemente, se deciden a no participar. Así deberían de ser para cobrar sus jugosos salarios. Lo grave es que a dos días de haber tomado posesión hicieron ya este tipo de faltas a la ciudadanía.
Hay regidores que repiten y no entendieron que no es posición propia de su partido, sino que son los que deben representarnos, así de sencillo.
No alcanzamos a entender que puedan comprar siquiera un refresco embotellado con dinero que n se ganaron, porque sus “bancadas” les pidieron no participar.
Abstenerse es dejar que otros decidan, y es tan grave como ser esos grupos que se oponen a todo por el hecho de que son oposición, una oposición totalmente irresponsable.
Debería haber una ley que castigue la pusilanimidad de estos individuos que juegan con su representación popular, y que hacen lo que quieren, como s fueran dueños de los cargos.
Nos gustaría que leyeran lo anterior y tomaran conciencia; somos realistas y sabemos que no lo harán, porque ni siquiera tienen la calidad humana para hacer valer su presencia.
Otros, les dicen agachones, serviles y más calificativos similares. Nosotros entendemos que eso es lo que representan, y que deberían tener tantita vergüenza y renunciar.
Ese tipo de personas son las que denigran la política y la democracia, porque abstenerse es comportarse como cobardes, como conchudos que solo quieren ir a calentar la silla y cobrar su salario.
Mínimo, deberían descontarles el día que no hicieron su trabajo por actuar con esa desvergüenza a que nos tienen acostumbrados.
Y el Congreso, quizá podría hacer algo en materia legislativa para echar de las nóminas a esos vividores del presupuesto que ni pichan, ni cachan, como dice el argot popular, sino que solo ocupan un sitio que bien pudiera ser aprovechado por otros más conscientes de su responsabilidad.
Así que, por favor: participen o váyanse, o como dicen en el rancho: ¡”Búyanle”!
Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com