El tema de la semana es Alberto, la tormenta tropical que para la hora que estas letras se publiquen se ha formado ya en las aguas del Golfo de México.
El Consejo Estatal de Protección Civil tamaulipeco que lo integra el gobernador y todo su gabinete, además de representantes de fuerzas de seguridad nacional y de la marina se ha declarado en alerta ante los daños que pudieran registrarse.
Es la primera vez después de hace 14 años que un ciclón tropical podría azotar esta región, el antecedente más cercano que tenemos, es el del Huracán Alex, que, de hecho, fue el primer ciclón tropical de la temporada del 2010 que azotó el Atlántico y que dejó severos daños.
Alex cobró fuerza hasta convertirse en categoría dos; impactó la península de Yucatán y el noreste del país dejando severos daños en entidades como Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. De hecho, el gobierno de México lo catalogó ese año como el desastre natural más costoso del país pues dejó un daño económico que superó los 25 mil millones de pesos.
De Tamaulipas los municipios más afectados fueron Victoria, Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, mientras que, en Nuevo León, Monterrey quedó destrozado y en Coahuila, Saltillo.
Hace 14 años 21 personas perdieron la vida derivadas de las inundaciones y fuertes lluvias, fue una tragedia, pues en aquel entonces no batallábamos tanto con el agua como ocurre ahora y no veíamos la llegada de un Huracán como una bendición.
En Tamaulipas apenas nos estábamos enterando de una tragedia, el asesinato de Rodolfo Torre, candidato del PRI a la gobernatura, lo que ocurrió a días de la elección, y horas después nos enfrentábamos a los embates de la naturaleza.
Ese año fue además uno de los más violentos en la historia de la entidad, gobernaba aún Eugenio Hernández Flores del PRI, de hecho, fue el último sexenio de los priistas, desde entonces no más PRI; su director de Protección Civil, Salvador Treviño se aventó el problemón de los daños y previsiones.
Tamaulipas fue declarado junto a sus vecinos de Nuevo León y Coahuila como zona de desastre y el ahora extinto FONDEN erogó poco más de 18 mil millones de pesos para la recuperación de las zonas dañadas.
Hoy la situación es similar, aunque creemos no tan catastrófica,  estamos más preparados que hace 14 años y las autoridades buscan sacar lo mejor de este fenómeno natural que son sus benditas lluvias.
Bendiciones, leo sus comentarios en mis redes sociales