Hay lo indicadores suficientes que argumentan la salida de México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ante tal circunstancia los responsables del comercio exterior y de la economía de este país buscan intercambios comerciales con otros países y parecieran que dejaron de alentar la permanencia en el Tlcan. Que a la postre traería consecuencias reversibles en su relación comercial con otros países ajenos al tratado con Estados Unidos y Canadá

Se advierte un incremento en los aranceles a los productos que se importan y es se exportan, asimismo un decrecimiento del producto interno bruto, una recesión más aguda de la economía interna, sí de por si el crecimiento de la economía ha sido incipiente en el sexenio actual del presidente Enrique Peña Nieto, que no ha rebasado el 3 por ciento, con la salida del Tlcan los mexicanos podrían tener gozar de un crecimiento del orden del uno por ciento, esto según la visión de analistas internacionales.

En tanto, que los analistas nacionales consideran que se trata de una maniobra más de Donald Trump, que refuerza con esta postura su negativa de tener acuerdos entre desiguales y que por lo mismo pugna por la salida de México y la permanencia de Canadá, país al que considera con mejores condiciones económica y sociales a las que priva en México.

Si atendemos a esta reflexión surge el interrogante de entonces porque motivos hay una búsqueda de relaciones de intercambio comercial con otras regiones del mundo, donde se busca colocar los productos mexicanos que desde hace 25 años se exportan a los dos países del Tlcan.

Lo cierto, es que a México sí resultaría afectado en caso de quedar fuera del Tratado, porque la mayoría de los conceptos que se exportan a otras regiones del mundo, se hacen a través de Estados Unidos y por ese motivo habría un arancel que pagar debido a que son otras las condiciones del comercio mexicano.

Ya que la condición de socio que ha permitido al país crecer en ese sentido, gozar de ciertos privilegios, que los gobiernos anteriores a Trump aún de su mismo partido veían desde otras perspectivas la alianza comercial.

Y que, por lo mismo, la salida del Tlcan es parte de la política racial del presidente de Estados Unidos, en cuyo cerebro no cabe favorecer el crecimiento de sus vecinos, no es de la idea que si le va bien a sus vecinos hay más posibilidades que a él le vaya bien.

Pero también en las consecuencias negativas para la economía mexicana, destaca la incapacidad de sus gobernantes para crear nuevas formas de construir políticas económicas multilaterales y no limitarse al unilateralismo con los países del norte.

Asimismo, en los 25 años de Tlcan ni el actual ni los anteriores presidentes, fueron capaces de fortalecer la economía interna, detonar la inversión regional y abatir la dependencia de básicos como el maíz y otros granos que demanda el mercado nacional. Y que el sector primario es incapaz de abastecer.