No sé si es moda, imitación o simple lucimiento.
El caso es que prácticamente todos los nuevos alcaldes –no cuente a los reelectos– que recién asumieron en Tamaulipas el poder el primero de octubre pasado están hincando sin piedad los colmillos en las nóminas de sus respectivos ayuntamientos.
Diablos, ¿Qué culpa tienen los trabajadores de los errores de los alcaldes salientes?
Hoy los pequeños soles de los municipios tamaulipecos denuncian una obesidad galopante en ese renglón y advierten que abatirán a casi la mitad del mismo.
Tal vez tengan razón, pero cuidado con lo que hacen porque podrían estarse acuchillando simbólicamente a sí mismos. En el ánimo de “quedar bien” aplican un mismo rasero y despiden juntos a oportunistas y a auténticos servidores, a los holgazanes y a los eficientes. No evalúan, sólo actúan.
Insisto: Cuidado. En ese cese indiscriminado suelen quedarse los lisonjeros, los que tienen vocación de alfombra, para echar fuera a los productivos. Es una vieja historia en la cual Tamaulipas padece en estos momentos los estragos de muchos talentos perdidos.
Un poco de razonamiento y evaluación, júrenlo, no les vendría mal…
BLANCO Y NEGRO
Con seguridad usted y muchos más ya lo notaron. Se percibe en México un país cada vez más polarizado.
Es preocupante. En una esquina, los adoradores y seguidores de Andrés Manuel López Obrador. En otra, los enemigos y críticos del mismo.
En la superficie, parece un escenario normal en la política, pero encierra un factor que en lo personal me parece riesgoso: El tercer grupo que debe coexistir, el integrado por quienes intentan ser objetivos, que tratan de no prejuzgar, el del equilibrio y razonamiento, cada día se angosta más, se hace más pequeño. Se ahoga.
En pocas palabras, los mexicanos nos estamos convirtiendo en protagonistas de la frase “si no estás conmigo estás contra mí”, en una muestra de la intolerancia que día tras día se radicaliza más, tanto de un lado como del otro. Eso nos debería quitar aunque sea un poco, el sueño.
Por una parte, los simpatizantes de AMLO se ciegan y disculpan los claros errores de éste como si fueran inventos del Diablo. Por la otra, sus detractores manejan las trivialidades como si fueran tragedias griegas, en una confrontación en donde no hay tonos de gris. Sólo blanco y negro.
¿Se incluye Tamaulipas en esta perspectiva?
En la opinión de su servidor, es y será imposible evitarlo.
Y le daré un tip:
Cuidado con San Fernando, que en fiel seguimiento al refrán que consigna “en pueblo chico, infierno grande”, está en camino de ser un detonante de la división morenista en el Estado y una chispa que se propague hacia la frontera, merced a la pugna entre grupos y tribus, aderezado con intereses de la ilegalidad y un aparente desinterés de la dirigencia estatal. Si permiten que prenda, el segundo polo de discordia será Matamoros, donde el viejo priísmo mantiene una bota sobre el cuello de Regeneración Nacional.
Y para colmo, Andrés Manuel parece no tener prisa por venir a Tamaulipas.
Cosas de la novatez…
AYER, HOY, SIEMPRE
Aún la puedo escuchar si me encierro un momento en mis pensamientos:
“Vayan a la ch… yo no soy una viejita”.
Y nunca lo fue porque nunca lo aceptó. Sólo los últimos 60 días de sus 84 años la obligaron a hacerlo. Y Doña Mary se dejó llevar por ellos.
Se cumple hoy un año de cuando se despidió para siempre y aunque suene trillado, parece haber sido apenas ayer. Un ayer al que todavía no puedo decir adiós.
Descansa amada jovencita eterna. Descansa mamá adorada.
Dios esté contigo y con mi añorado padre…

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